Juan Rodríguez
Un relato donde las y los compañeros de la cooperativa Repla de Andalucía nos explican cómo los proyectos campesinos fruto de la lucha son, al menos, cuarenta veces más necesarios que la agricultura de la peonada, del latifundio. La tierra, a la que pertenecemos, es sustento de toda la vida.
LA MOTIVACIÓN
Nuestra experiencia nace hace más de 20 años, de un grupo de jornaleros y jornaleras que hartos de emigrar fuera de nuestras casas para poder conseguir algún trabajo —como la aceituna en Jaén y Málaga, los espárragos en Córdoba y la Rioja o la vendimia en Francia— y hartos de los manijeros de turno y de la forma en que se nos trataba, decidimos crear una cooperativa para salirnos de esa clase de vida y conseguir un trabajo estable y digno y no depender de las temporadas fuera de nuestras casas.
En primer lugar formamos una cooperativa llamada El Romeral, en la que empezamos con la apicultura y fuimos realizando otros trabajos que a la larga no salieron bien. Llevado un tiempo supimos que, como parte de la Reforma Agraria Andaluza, que poco más hizo, salía a concurso un lote de tierra de la Junta de Andalucía al que podían optar como cooperativa y decidimos presentarnos.
Este concurso no fue fácil y tuvimos muchos problemas a la hora de conseguir la adjudicación, pero finalmente recibimos un lote de 100 hectáreas, para las 10 personas socias del Romeral. La finca consta de una parte mayoritaria de regadío, y otra parte de olivar en secano y está situada en Los Corrales, entre la Sierra Sur de Sevilla y la Sierra de Yeguas en Málaga.
Hemos conseguido abrirnos espacio en el mercado local a través de la distribución de cajas de productos de temporada, venta directa en la finca y en grupos de consumo y pequeños comercios.
Después de haber estado luchando desde un sindicato agrario como el SOC por conseguir tierras con en el objetivo de poder aprovecharlas mucho mejor de lo que lo estaban haciendo los terratenientes y caciques, en la cooperativa teníamos claro que podíamos dar muchos más puestos de trabajo de lo que éstos estaban dando para así poder evitar la emigración. Por ello, lo que creímos mas conveniente por ser distinto y ser respetuoso con el medio ambiente y con las personas, fue decidirnos desde el primer momento por la agricultura ecológica debido a todo lo que significaba de no envenenamiento de las tierras y los productos que se consumen de ellas, evitar la contaminación de los acuíferos de la zona y, por supuesto, porque iba a dar muchos puesto de trabajo.
Creación de empleo
En las 50 hectáreas de las que disfrutamos, además de tener trabajo las y los socios de la cooperativa Repla y sus familias, estamos ofreciendo una media de 4.000 jornales al año a personas de la zona, lo que supone 40 veces más del trabajo que dan las fincas de alrededor.
EL PROYECTO
Los primeros años fueron ilusionantes. Por aquel entonces no existían ni mercados ni canales de distribución de productos ecológicos. Otro tema que nos daba muchos problemas era el manejo de las tierras y una parte de la cooperativa, habiendo ya conseguido el trabajo estable, empezó a no ver con buenos ojos el tema de la agricultura ecológica. Otra parte, por el contrario, sí teníamos claro seguir adelante con ella, no solo por ideas sino también porque a medio y largo plazo entendíamos que tenía más futuro que la convencional.
A partir de ese momento decidimos ver quién estaba de acuerdo y quién no, por ello se dividió la cooperativa en dos partes: la que quería seguir con la agricultura ecológica y la que no. De esta forma, quienes nos quedamos, tres hombres y una mujer, formamos la cooperativa Repla, y seguimos incorporando poco a poco todas la tierras a la agricultura ecológica, lo que conseguimos hace 15 años, cuando establecimos las 50 hectáreas que tenemos (14 de ellas de olivar de secano). Hemos conseguido, en este tiempo, abrirnos espacio en el mercado local a través de la distribución de cajas de productos de temporada, venta directa en la finca y en grupos de consumo y pequeños comercios.
A lo largo de este proyecto fuimos implicando a más agricultores y agricultoras de la zona en lo que podemos llamar una “agricultura sostenible” y un medio de vida, más allá de una simple terminología. Con la unión de estas nuevas personas conseguimos abrir una almazara ecológica y una empresa para la manipulación de hortícolas y así poder exportar el excedente de nuestros productos.
También hemos llegado a colaborar con el proyecto de alimentos ecológicos en los comedores escolares, con visitas de colegios, universidades, distintos proyectos agrícolas de recuperación de semillas antiguas de hortícolas y otro tipo de proyectos productivos.
NUEVAS LUCHAS
En estos momentos estamos defendiendo nuestra postura con la Junta de Andalucía para poder negociar el pago en propiedad de la finca. Nuestro parecer es diferente al que están defendiendo IU y PSOE para la puesta en marcha de un Banco de Tierras. En el caso del PSOE, buscan sin más privatizar y vender tierras públicas a quien pueda pagarlas, para “hacer caja”. En el caso de IU, con quien compartimos el objetivo social del Banco, se plantea una cesión o un usufructo. Pero para nuestra cooperativa, desde la experiencia podemos afirmar que a la larga es más viable que la gente tenga algo suyo que defender y cuidar; con condiciones, por supuesto. Creemos que al ser propiedad pública la gente no se implica ni la defiende tanto y al final terminan por abandonarla por distintos motivos.
A día de hoy y después de los años de trabajo, son nuestros hijos e hijas quienes están incorporándose y tomando poco a poco las riendas de la cooperativa ¿Hay mayor prueba de éxito que esa para una iniciativa agraria?
Juan Rodríguez
Presidente de la cooperativa Repla