Juan José MALLÉN PLAYÁ
Foto: Movimiento Aragón sin transgénicos
Aunque no lo veamos, el maíz es utilizado en muy variados productos para consumo humano. Además de su presentación ‘en grano’ para ensaladas, palomitas, fritos, etc. tenemos almidón, jarabes de glucosa, sémolas y otros derivados del maíz presentes en la alimentación infantil, margarinas, cervezas, repostería, yogures, helados y un sinfín de productos. La mayor parte de este maíz procede de la producción de agricultores y agricultoras que, aunque utilicemos semillas ecológicas o híbridas convencionales, estamos sometidos al riesgo de contaminación de maíces transgénicos con sus propiedades insecticidas contra la plaga del taladro.
Por ese motivo, recientemente hemos constituido en Binéfar, Huesca, la Asociación de Amigos del Maíz de Consumo Humano y semilla Alfalfa Aragón (AAMCHAA) cuyo objetivo es «proteger y defender nuestro trabajo y nuestra producción de los cultivos insecticidas, invasivos y contaminantes, es decir los OMG». Creemos que mazorcas transgénicas con su toxina insecticida no deben llegar al consumo humano, ni debería ir tampoco al consumo animal.
El objetivo de nuestra Asociación es claro, demostrar las potencialidades de los cultivos no OMG y defender nuestros derechos, que pasan por defender nuestra producción libre de plantas transgénicas.
Para conseguir cambiar los hábitos de nuestras compañeras y compañeros que cultivan con semillas OMG, estamos demostrando, tomando como base los más de 10 años de experiencias y ensayos realizados en nuestra Cooperativa Joaquín Costa, que, con buenas prácticas agrícolas los cultivos con semillas convencionales son más rentables que los cultivos transgénicos. Básicamente observamos que mediante una siembra temprana, desde primeros de marzo y hasta el 15 de abril y con semillas de ciclo medio-corto, se consigue ahorrar entre 1000 y 1500 m3 de agua por Ha.; la actuación del taladro es mínima, podemos cosechar en septiembre y obtenemos óptimos resultados de producción. Además, con la siembra temprana intentamos evitar la contaminación, ya que la floración se produce antes que la de las plantas OMG.
El objetivo de nuestra Asociación es claro, demostrar las potencialidades de los cultivos no OMG y defender nuestros derechos, que pasan por defender nuestra producción libre de plantas transgénicas. Hemos de denunciar que cuando coinciden en la floración, la coexistencia de los dos tipos de cultivos es imposible: siempre se contamina. Por ello, en la Cooperativa, disponemos de dos vías de comercialización, la que garantizamos con trazabilidad completa que puede ir para consumo humano, libre de transgénicos y con la que conseguimos un mejor precio al venderla, y otra –sin esas garantías- para las empresas de alimentación animal.
La presencia de transgénicos en nuestros campos se ha convertido en un terrible obstáculo legal que nos impide producir todo el maíz de consumo humano y ecológico que se consume en nuestro país, teniendo que importar de otros países como Francia e Italia a precios superiores. Hasta la prohibición definitiva de los OMG, la necesidad de crear zonas libres de transgénicos, se hace evidente para garantizar nuestra producción.
El camino emprendido por la Asociación, estamos convencidos, ayuda a abrir nuevas opciones a nuestro campesinado.