Miquel VALLMITJANA
El 15M y la Plataforma de Afectados por las Hipoteca (PAH) han mostrado de nuevo que se puede promover un debate parlamentario más allá del bipartidismo heredado después de la transición. La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) –propuesta de ley planteada directamente por la ciudadanía a partir de un número establecido de firmas- se puede presentar en el parlamento español o en las comunidades autónomas. En Cataluña se utilizó este mecanismo en un momento crítico de la lucha contra los transgénicos en el campo. Aunque la ILP no progresó los resultados de sensibilización fueron notables.
APRENDIZAJES PARA NUEVAS ILP
En nuestro caso se era consciente de que se partía de un insuficientemente apoyo social, debido sobretodo a la dificultad de los movimientos sociales de trascender su discurso a la mayoría de la sociedad. No obstante nos tiramos la manta a la cabeza y obtuvimos una respuesta muy alentadora.
La comisión promotora creó un grupo de trabajo de expertos en leyes y en el impacto de los alimentos transgénicos para la redacción de una propuesta de ley basada en las competencias de la comunidad autónoma: la propuesta de Som lo que Sembrem se basaba en 4 puntos, (1) declaración institucional de territorio libre de transgénicos, (2) prohibición de la siembra de transgénicos, (3) regulación del etiquetaje para su ampliación a carne, leche y huevos de animales alimentados con transgénicos, y (4) petición de investigación de los efectos en la sociedad.
Se ha de tener una buena estrategia comunicativa y eso puede empezarse desde el grupo promotor creando materiales de difusión, definiendo los símbolos de la campaña y la página web -con sus espacios en las redes sociales- es clave. La gestión de contenidos del web de la campaña ha de poder incorporar la participación de las personas que se incorporen en el proceso.
Paralelamente se convocó a la sociedad civil a participar en el proceso. Estamos hablando de otoño de 2007 con las redes sociales todavía poco implantadas, pero se usó el correo electrónico como principal mecanismo de difusión de las distintas convocatorias escogidas estratégicamente por el territorio. Es una tarea que pide una importante dedicación inicial para el grupo promotor, pero que puede resultar clave.
Se ha de tener una buena estrategia comunicativa y eso puede empezarse desde el grupo promotor creando materiales de difusión, definiendo los símbolos de la campaña y la página web -con sus espacios en las redes sociales- es clave. La gestión de contenidos del web de la campaña ha de poder incorporar la participación de las personas que se incorporen en el proceso.
Como mecanismo de participación democrática, la campaña ha de generar sus espacios propios de participación; en Som lo que Sembrem se usó la asamblea de la campaña -abierta des de sus inicios- como espacio de decisión y donde el grupo promotor se diluye junto al resto de activistas, manteniéndose activo en los espacios que la asamblea tarda a cubrir por inercias propias de los movimientos sociales espontáneos -por ejemplo la gestión cuidadosa de la información con los medios de comunicación-. De hecho, resulta interesante el hecho que la campaña de Som lo que Sembrem estaba formada en su mayoría por personas que nunca antes habían participado en los movimientos sociales. Las dinámicas generadas por el 15M pueden favorecer la implicación de la ciudadanía a estas propuestas.
El mismo proceso de recogida de firmas junto a la campaña por las redes sociales permite conseguir un objetivo bien importante, que nuestro mensaje se interiorice entre la ciudadanía.
Las firmas se consiguen en la calle, en ferias de temática agrícola o ambiental y en múltiples actos de difusión que se deben organizar durante el periodo establecido. Una vez recogidas las firmas empieza una espera que se debe aprovechar para informar a los diferentes grupos parlamentarios. En nuestro caso se organizaron unas jornadas con la participación de investigadores/as que pusieran argumentos para contrarrestar a los que defienden corporativamente esta tecnología aplicada al campo.
Pocos días antes de la entrada de la propuesta legislativa en el parlamento se debe hacer el máximo de ruido posible. Una manifestación hasta las puertas del parlamento puede ser muy útil si se consigue movilizar a muchísima gente, como fue nuestro caso.
El resultado final de la ILP puede parecer negativo si no se consigue hacer temblar su mayoría como lo está intentando la PAH con su propuesta de dación en pago. Pero el mismo proceso de recogida de firmas junto a la campaña por las redes sociales permite conseguir un objetivo bien importante, que nuestro mensaje se interiorice entre la ciudadanía.