Elodie Martin Abad

La metáfora de «mal paréntesis» es de Silvia Pérez-Vitoria. Recomendamos la lectura de sus libros.

Este artículo es el fruto de una reflexión en profundidad sobre los sistemas agrario y alimentario actual, surgida a partir de una investigación realizada en 2018 en la provincia de Palencia que permitió modelizar las dinámicas agrarias del último siglo y evaluar el impacto social, económico y ambiental de la Política Agrícola Común (PAC).

Vamos a ver como el desarrollo de una agricultura convencional, industrial o capitalista (elijan el calificativo que más les convenga) ha tenido consecuencias económicas, sociales, ambientales, sanitarias y culturales dañinas para la sociedad y algunas propuestas para construir resiliencia agraria y soberanía alimentaria.

 

Elodie Uniformizacion del paisaje estepa cerealista Elodie Martin Abad

Foto: Elodie Martin Abad

El desarrollo de la agricultura industrial

Cuando la agricultura recicla las innovaciones de la guerra

La revolución agraria del siglo xx tuvo lugar gracias a las nuevas tecnologías introducidas en el campo: la motorización de los tractores, los fertilizantes de síntesis y los productos fitosanitarios, insumos que se habían empleado previamente durante la segunda guerra mundial (motores de los tanques, explosivos, agente naranja, Zyklon B, DDT…). Esas innovaciones permitieron aumentar considerablemente los rendimientos agrícolas, pero contaminan el medioambiente y dependen de recursos fósiles y mineros —petróleo, gas natural, fosfatos— que se extraen en países extranjeros. Eso lleva a la agricultura española y europea actual a una fuerte dependencia del contexto geopolítico.

Productores de alimentos autosuficientes transformados en mendigos

Hasta la década de 1950, la actividad agraria se basaba en una economía de autoconsumo y de comercio local, con una gran diversidad de producciones dentro de cada finca y un estrecho vínculo entre la agricultura y la ganadería. Esa economía de subsistencia se convirtió en una economía agraria muy dependiente de los precios mundiales y de las ayudas europeas. Las políticas durante la autarquía y, luego, la Política Agrícola Común fomentaron dinámicas de selección y especialización, excluyendo las producciones menos competitivas. Las inversiones sucesivas llevaron al campesinado a situaciones de endeudamiento y dependencia de los bancos. Hoy en día, ya no producen alimentos para la familia, sino que venden materia prima en el mercado global y compran la comida en los supermercados. Según el estudio realizado, entre el 50% y más del 100% de la renta agraria depende de ayudas de la PAC. Ya no viven de la agricultura, sino de inyecciones de dinero procedente del valor agregado creado en otros sectores de la economía a través de los impuestos de la ciudadanía europea.

Estiércol: ¿cómo el oro se convirtió en veneno?

Esta dinámica de especialización desconectó poco a poco la agricultura y la ganadería, con grandes consecuencias para la reproducción de la fertilidad de los suelos. Antes, la riqueza de una explotación agrícola dependía del número de hectáreas y, sobre todo, del número de animales (el origen de la palabra capital viene de capita, cabeza). El potencial productivo vegetal dependía directamente de la producción de estiércol, mezcla equilibrada entre deyecciones y paja; pero desde que se introdujeron abonos de síntesis, la agricultura puede dar buenos rendimientos sin necesidad de animales. Por otro lado, la ganadería se concentró en grandes explotaciones donde los animales ya no tienen cama de paja: viven encerrados, sobre un suelo de hormigón. El problema es que la materia orgánica producida en esas nuevas macrogranjas no es equilibrada. Las deyecciones que se recogen, este estiércol sin paja, no se pueden descomponer de forma orgánica en el suelo y contaminan la tierra y el agua, sobre todo con los nitratos.

Evolución de los abonos orgánicos y contaminación

La vida es un ciclo. Lo que muere se descompone y se transforma. Todo es comida. Para las plantas, los animales, los seres humanos y para la vida del suelo. Esta capa fina de tierra es un tubo digestivo que convierte la materia orgánica en elementos minerales, en la comida de las plantas. ¿Cómo se llama esta vida discreta y silenciosa? Son bacterias, hongos, lombrices, colémbolos, ácaros, nematodos, ciempiés, cochinillas, etc. En una cucharilla de tierra, hay miles de especies y millones de individuos. El 25% de la biodiversidad del planeta vive bajo nuestros pies. El suelo es materia mineral, agua, aire y solo un 5% de su volumen es orgánico. Dentro de esa pequeña fracción de materia orgánica, solo un 5% es vida, la mayoría microscópica. Esa vida es la clave de la fertilidad y, como todo ser vivo, necesita una dieta equilibrada. Con paja (rica en carbono) y deyecciones (ricas en nitrógeno), la microbiota del suelo consigue una comida equilibrada. Si el estiércol no tiene paja, falta carbono para equilibrar el abono y los organismos del suelo no pueden descomponerlo bien; el excedente de nitrógeno acaba lixiviado en las aguas o transformado en N₂O, gas de efecto invernadero, y causa la contaminación del agua y del aire.

Las semillas, uniformización y propiedad intelectual

Las semillas son la base de la alimentación. Han sido seleccionadas por el campesinado durante miles de años en todo el mundo. Esa selección empírica fue el origen de miles de variedades adaptadas a las condiciones edafoclimáticas locales, una diversidad genética inmensa. Con la revolución industrial de la agricultura, las empresas empezaron a seleccionar semillas, se comercializaron formas híbridas (genéticamente homogéneas) y se privó al campesinado de sus derechos milenarios de seleccionar sus propias semillas e intercambiarlas. Las patentes obligaron a comprar semillas cada año. Esa homogeneización genética de los cultivos, a diferentes escalas —desde la parcela al mundo— tiene como consecuencia una resistencia muy débil a las plagas o a perturbaciones climáticas. Además, las semillas se seleccionaron en función de sus altos rendimientos sin considerar otros parámetros como la densidad nutricional, que bajó drásticamente con el consiguiente impacto sobre la dieta humana y la salud.

¿Campos vivos o España vacía?

Existe una estrecha relación entre la diversidad agraria y la diversidad cultural. Con la estandarización de la agricultura, desaparecieron los saberes locales y tradicionales. Con el éxodo rural a partir de los años cincuenta en el Estado español, el descenso de población rural fue radical, y sus consecuencias siguen vigentes: la falta de servicios públicos, el aislamiento y la desaparición paulatina de la vida social en los pueblos, que ahora están casi vacíos.

La Política Agrícola Común, motor de la industrialización del campo

La Política Agrícola Común se implantó después de la segunda guerra mundial y se aplicó en el Estado español a partir de su entrada en la Unión Europea, en 1986. La idea era sencilla: ayudar económicamente al sector agrícola europeo para que pudiera invertir, con el objetivo de producir más, recuperar la seguridad alimentaria de Europa y ser competitivo en el mercado global. Esa política funcionó muy bien para aumentar la producción europea, pero ahora las consecuencias negativas de esta transformación del sector agrario son evidentes.

Freno al relevo generacional

Hasta hoy, la mayoría de las ayudas (las ayudas directas) se cobran por hectárea, lo que fomenta un aumento de la superficie por activo. Además, la definición de “agricultor/a activo/a” es demasiada laxa y permite la elegibilidad de propietarios de la tierra sin ninguna actividad agraria, o de sociedades comerciales que invierten en el sector agrario, con sus centros administrativos en las grandes ciudades. Esto significa que una gran parte del dinero de las ayudas se concentra en las ciudades y no se invierte en el medio rural. Otra consecuencia es el bloqueo del mercado de la tierra, cuando la dificultad de acceder a ella es el primer freno a la instalación de jóvenes. En Castilla  León, las ayudas al desarrollo rural (el segundo pilar de la PAC) están enfocadas a las inversiones, aumentando la capitalización de las explotaciones hasta niveles tan altos que no son transmisibles. Con un tercio de los agricultores con más de 65 años y zonas rurales que son desiertos demográficos carentes de servicios públicos, la instalación de jóvenes tendría que ser una prioridad apoyada por la PAC.

La PAC subvenciona la contaminación y la agroindustria

¿Qué necesita un ser humano para estar sano? Una dieta y un entorno sanos. Las producciones más subvencionadas por la PAC son los cultivos herbáceos y la ganadería intensiva en capital con alta concentración de animales. La producción de fruta y verdura recibe poca ayuda, excepto en el caso del tomate… industrial, o sea: el kétchup. La remolacha azucarera, cuyo impacto en la salud es obvio, obtiene en Castilla y León hasta 900 € por hectárea de ayuda acoplada y agroambiental. Varios estudios en diferentes países europeos relacionaron también las ayudas y el impacto ambiental, con una correlación positiva entre la contaminación de las aguas y el importe de ayudas PAC percibidas.

La trampa de la digitalización de la agricultura

A la hora de reducir el uso de insumos de síntesis, la agricultura de precisión está omnipresente en el discurso, especialmente en el ámbito europeo donde se presenta como necesaria para la transición agroecológica. La digitalización es una cuestión compleja; hay que estar alerta. El uso de GPS permite mayor precisión y reduce la dureza del trabajo; además, es importante optimizar las dosis de fertilizantes para minimizar los gastos y la contaminación. No obstante, la aplicación selectiva basada en datos está adaptada a fertilizantes de síntesis, es decir, únicamente a la agricultura convencional. Además, con esas tecnologías una sola persona puede gestionar superficies aún más grandes, y esa digitalización aumenta la capitalización de la agricultura y su dependencia de recursos fósiles (minerales y tierras raras). Esa terquedad tecnológica intensifica la selección de los agricultores, que dependen de su capacidad de inversión y de su formación en el uso de herramientas numéricas.

La comida convencional barata gracias a los impuestos

Los precios alimentarios bajaron durante el último siglo de forma proporcional al gasto en comida del presupuesto familiar en consumo. Hoy en día, la comida convencional es más barata que la comida ecológica. ¿Por qué? El precio convencional no refleja el valor del producto porque su producción tiene externalidades negativas cuyos costes no están integrados al precio. Al final, podemos considerar que pagamos varias veces la comida convencional: la primera vez en el carrito del supermercado. Se paga también por los impuestos, a través la PAC —alrededor de 117 € anuales por ciudadano europeo— y también las consecuencias de la agricultura sobre el medio ambiente y la salud (contaminación de las aguas, pérdida de biodiversidad, enfermedades, etc.).

Un futuro deseable: agricultura campesina y democracia alimentaria

Hoy en día, la producción de nuestra comida es muy dependiente del uso de energías fósiles, que están agotándose. La agroecología maximiza el uso de la energía solar, de CO₂ (¡de este gas no falta!) y de N₂O (el 78% de la atmósfera) porque las plantas, incluyendo leguminosas, crecen todo el año. De esta forma, el suelo está cubierto, protegido de la erosión y de la lixiviación, secuestrando carbono y acumulando materia orgánica, lo que permite retener el agua y los elementos minerales en el suelo, disponibles para los cultivos.

Regeneración de los suelos, biodiversidad y resiliencia

El elemento clave de la resiliencia agrícola, tanto climática como económica, es la biodiversidad. Primero, la biodiversidad en el suelo, con una fauna diversa y abundante, crea la fertilidad natural de la tierra. Se habla de regeneración porque la vida del suelo y la tasa de materia orgánica bajaron drásticamente durante el último siglo. Segundo, diversidad en las plantas cultivadas, en el tiempo y el espacio, con rotaciones de cultivos, asociando varias plantas y usando semillas campesinas. Esa diversidad cultivada aumenta la biodiversidad silvestre y la presencia de predadores naturales de las plagas. 

Campos vivos y vida campesina digna

Otro recurso abundante en nuestros países con alta tasa de paro es la mano de obra. La transición hacia la agricultura campesina necesita territorios rurales vivos, con gente y servicios en el campo. Esto significa que los agricultores deben tener una renta digna para que la profesión sea atractiva, que se facilite la instalación de personas jóvenes y el acceso a la tierra, y que haya inversiones para mantener servicios públicos (escuelas, tiendas, médicos, etc.) en el campo. Estas medidas supondrían grandes cambios en la PAC —fomentados por la plataforma Por Otra PAC— como el abandono progresivo de las subvenciones directas, una limitación de ayudas por activo y medidas para la instalación y la diversificación rural mucho más importantes.

Derecho a una alimentación de calidad, soberanía alimentaria y salud pública

El papel fundamental de la agricultura es nutrir el mundo. Producimos bastantes alimentos para todo el planeta, sin embargo, muchos seres humanos sufren hambre o enfermedades ligadas a la malnutrición. La precariedad alimentaria va creciendo, exacerbada por la crisis sanitaria, económica y social actual. Los más pobres viven de la ayuda alimentaria, no pueden elegir su comida y dependen de productos excedentes de la agroindustria. Además, la autonomía alimentaria de las grandes ciudades solo es posible para pocos días. Necesitamos una política agrícola y alimentaria, que permita la relocalización de la producción y el acceso global a una alimentación de calidad, que refuerce la soberanía alimentaria.

Conclusión

Durante 10.000 años, el ser humano se alimentó de forma ecológica. Desde hace menos de un siglo, nuestros países empezaron a producir alimentos a través de las energías fósiles, destruyendo los recursos y la fertilidad biológica del suelo. Esta manera de producir comida no tiene futuro, y podemos valorar la «agricultura industrial» como un error, un paréntesis. ¡Hay que cerrarlo e inventar la agricultura del siglo xxi, con campesinos en un campo vivo y sano!

Elodie Martin Abad

Ingeniera agrónoma

  PARA SABER MÁS

   Martin Abad E., Gómez-Ramos A., Trouvé A., 2020. Las dinámicas agrarias desde los años 50 hasta hoy: diagnóstico agrario en la zona media del río Carrión. Revista Española de Estudios Agrosociales y Pesqueros, número 256-2020. Disponible en PDF

   Martin Abad E., Trouvé A., Gómez-Ramos A., 2019. La última reforma de la PAC en Castilla y León: evaluación de los impactos económicos, sociales y ambientales. XII Congreso de economía agraria. La sostenibilidad territorial desde la Europa Atlántica. Asociación española de economía agraria. Lugo, pp. 169-172. Disponible en PDF

Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia al navegar por la web.

Si continúas navegando, aceptas su uso. Saber más

Acepto
El sitio web de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas (www.soberaniaalimentaria.info) utiliza cookies para mejorar la experiencia de los usuarios, facilitando la navegación por nuestra web. Estamos haciendo todo lo posible por facilitar el uso de dichas cookies, así como su gestión y control al utilizar nuestros servicios.

¿Qué son las cookies?

Las cookies son pequeños archivos de texto que se almacenan en el dispositivo del usuario de Internet al visitar una página web. Es el operador del sitio web el que determina qué tipo de información contiene dicha cookie y cuál es su propósito, pudiendo además ser utilizada por el servidor web cada vez que visite dicha web. Se utilizan las cookies para ahorrar tiempo y hacer la experiencia de navegación web mucho más eficiente. No obstante, pueden ser usadas con varios propósitos diferentes que van desde recordar la información de inicio de sesión o lo que contiene un pedido de compra.

¿Cómo utiliza Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas las cookies?

Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas tan solo utilizará las cookies que nos dejes utilizar. Tan solo leeremos o escribiremos cookies acerca de tus preferencias. Aquellas que hayan sido instaladas antes de modificar la configuración permanecerán en tu ordenador y podrás borrarlas haciendo uso de las opciones de configuración de tu navegador. Podrás encontrar más información al respecto más adelante.

1. Cookies propias

Se trata de cookies técnicas que recogen información sobre cómo utiliza el sitio web (por ejemplo, las páginas que visitas o si se produce algún error) y que también ayudan a Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas a la localización y solución de problemas del sitio web. Las cookies técnicas son imprescindibles y estrictamente necesarias para el correcto funcionamiento de un portal web y la utilización de las diferentes opciones y servicios que ofrece. Por ejemplo, las que sirven para el mantenimiento de la sesión, la gestión del tiempo de respuesta, rendimiento o validación de opciones.

Toda la información recogida en las mismas es totalmente anónima y nos ayuda a entender cómo funciona nuestro sitio, realizando las mejoras oportunas para facilitar su navegación.

Dichas cookies permitirán:

  • Que navegues por el sitio.
  • Que www.soberaniaalimentaria.info recompile información sobre cómo utilizas la página web, para así entender la usabilidad del sitio, y ayudarnos a implementar las mejoras necesarias. Estas cookies no recogerán ninguna información sobre ti que pueda ser usada con fines publicitarios, o información acerca de tus preferencias (tales como sus datos de usuario) más allá de esa visita en particular.
Si tienes dudas o quieres hacernos alguna pregunta respecto de las cookies que utilizamos, puedes remitirnos tu consulta al correo electrónico info@soberaniaalimentaria.info

2. Cookies de terceros

Existe una serie de proveedores que establecen las cookies con el fin de proporcionar determinados servicios. Podrás utilizar las herramientas de estos para restringir el uso de estas cookies. La siguiente lista muestra las cookies que se establecen en la página web www.soberaniaalimentaria.info por parte de terceros, los fines para los que se utilizan y los enlaces a páginas web donde se puede encontrar más información sobre las cookies:

·       Cookies analíticas:

Las cookies de Google Analytics se utilizan con el fin de analizar y medir cómo los visitantes usan este sitio web. La información sirve para elaborar informes que permiten mejorar este sitio. Estas cookies recopilan información en forma anónima, incluyendo el número de visitantes al sitio, cómo han llegado al mismo y las páginas que visitó mientras navegaba en nuestro sitio web.

http://www.google.com/intl/es/policies/privacy        

·       Cookies técnicas:

AddThis es una empresa tecnológica que permite a los sitios web y a sus usuarios compartir fácilmente el contenido con los demás, a través de iconos de intercambio y de los destinos de bookmarking social. Las cookies AddThis se utilizan con el fin de habilitar el contenido para ser compartido. AddThis también se utiliza para recopilar información sobre cómo se comparte contenido del sitio web. Las cookies ayudan a identificar de forma única a un usuario (aunque no de forma personal, sino en cuanto a dirección) para no repetir tareas dentro de un periodo de tiempo especificado.

http://www.addthis.com/privacy

Disqus es un servicio gratuito que permite añadir comentarios a diferentes elementos de este sitio web. Disqus guarda en cookies tu identificación anterior en este sitio web o en otro para que no sea necesario iniciar sesión cada vez que utilices el mismo navegador.

https://help.disqus.com/customer/portal/articles/466259-privacy-policy

Cómo desactivar las cookies

Para cumplir con la legislación vigente, tenemos que pedir tu permiso para gestionar cookies. En el caso de seguir navegando por nuestro sitio web sin denegar su autorización implica que aceptas su uso.

Ten en cuenta que si rechazas o borras las cookies de navegación algunas características de las páginas no estarán operativas y cada vez que vayas a navegar por nuestra web tendremos que solicitarte de nuevo tu autorización para el uso de cookies.

Puedes modificar la configuración de tu acceso a la página web. Debes saber que es posible eliminar las cookies o impedir que se registre esta información en tu equipo en cualquier momento mediante la modificación de los parámetros de configuración de tu navegador:

Configuración de cookies de Internet Explorer

Configuración de cookies de Firefox

Configuración de cookies de Google Chrome

Configuración de cookies de Safari

Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas no es titular ni patrocina los enlaces indicados anteriormente, por lo que no asume responsabilidad alguna sobre su contenido ni sobre su actualización.

El usuario puede revocar su consentimiento para el uso de cookies en su navegador a través de los siguientes enlaces:

Addthis: http://www.addthis.com/privacy/opt-out

Google Analytics: https://tools.google.com/dlpage/gaoptout?hl=None

Google, Twitter, Facebook y Disqus: A través de los ajustes de cada navegador más arriba indicados para la desactivación o eliminación de cookies.