Artículo originalmente publicado en el blog de Pau Fabregat Beltran (en valencià)
Pau Fabregat Beltran
Ha pasado cierto tiempo desde que en el periódico Mediterráneo aparecían noticias de un macroproyecto que pretendía convertir la zona limítrofe entre el Maestrazgo aragonés y els Ports de Morella y de Tortosa en un Yellowstone. Aquí, la imagen del área, extraída de su web maestrazgoports.org
De alguna manera, el proyecto pretende recuperar la delimitación de la extinta Mancomunidad Turística del Maestrazgo, cuyo mapa aparece aquí abajo, si bien es cierto que en este caso incorpora los municipios de Els Ports de Tortosa, que en el pasado habían quedado fuera, porque la iniciativa era también pública y las dos administraciones impulsoras eran las diputaciones de Castelló y Teruel.
Actualmente, la única información disponible sobre este proyecto es este documento de la misma web.
Si lo analizamos visualmente, llama mucho la atención la repetición constante (abusiva incluso) que se hace de la imagen de la capra hispanica como icono emblemático del proyecto (otro paralelismo con la antigua Mancomunidad Turística del Maestrazgo), que pensábamos que hoy en día ya estaba felizmente superada. Una reflexión: si continuamos usando los mismos reclamos turísticos que hace 50 años es que algo se ha hecho mal.
Si analizamos el vocabulario que se usa, encontramos naturaleza (49 veces), cultura (19), fauna (13 veces) global y paisaje (11), rural (10), turismo (7), sociedad (5), flora (1), en un documento de 11 hojas con mucha imagen, sobre todo de fauna. Ni rastro de palabras tan significativas como sostenibilidad, justo, equitativo, digno, medioambiental, economía circular, soberanía alimentaria.
- El proyecto pretende posicionar turísticamente un territorio como un destino global, tanto por los valores naturales como por los culturales.
- Desde los valores naturales se pretende:
1. Aumentar las extensiones de terreno protegido. Esto es un regalo envenenado. Tener más hectáreas protegidas puede ser una excusa para limitar el acceso o privatizarlo. ¿Quizás asistamos a un proceso de privatización y concentración del espacio natural con la excusa de que la gestión pública ha sido ineficiente?
2. Gestionar más adecuadamente la fauna. La experiencia nos demuestra que siempre que el ser humano ha intervenido en la fauna los resultados han sido dudosos. Por ejemplo: hay un interés evidente por crear una macroreserva de caza mayor en nuestra área. Hace poco el Gobierno valenciano denegó el permiso de reserva de caza mayor de cabra por la zona del Penyagolosa, una área emblemática que curiosamente no toca este proyecto. Si uno de los referentes mundiales en turismo de naturaleza para los promotores de esta iniciativa es Suráfrica, ya sabemos cómo funciona: reservas de caza, safaris... Y sí, «gracias» a las reservas, Suráfrica ha aumentado significativamente el número de tigres. Ahí lo dejo.
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- La orientación del documento es clara en el sentido de que pretende favorecer «espectáculos naturales» para la gente de la ciudad. Este documento para mí es una muestra de neoliberalismo aplicado a la ruralidad. Leed La transformación neoliberal del mundo rural, del profesor Cristóbal Kay, especialista en desarrollo económico y rural, sobre todo en América Latina, uno de los laboratorios mundiales de la política neoliberal aplicada a la agricultura y a los espacios naturales, donde se promueve la concentración de tierra, capital y recursos naturales. Solo citaré este interesante fragmento: «Esta potenciación del capital a través de un mayor control sobre la naturaleza y el territorio ha traído consigo una mayor influencia y dominio de las corporaciones transnacionales y del capital en general sobre los asuntos económicos, sociales y políticos, tanto a nivel nacional como internacional».
- Uno de los promotores del proyecto es la Fundación Global Nature, con sede a Las Rozas de Madrid y, entre sus colaboradores, además de la Generalitat Valenciana, están la Fundación Botín y la Fundación Banco Santander. Se promueve el paradigma de subsidiaridad del mundo rural al mundo urbano, el cual se quiere perpetuar con el cambio de mensaje, ahora la moda es «la España vacía».
- Siempre que se ha hablado de colonialismo económico en nuestro país ha sido en forma de macroproyectos urbanísticos y especuladores, con urbanizaciones y campos de golf en el litoral y con capital mesetario. El Maestrat últimamente ha luchado contra macroproyectos (aeropuerto, prisión, residuos tóxicos y peligrosos, minas, fraking, Castor, etc.). Todo esto por desgracia no nos viene de nuevo y por eso la gente está harta.
- La Administración no ha gestionado bien el espacio natural porque lo ha apartado de la sociedad rural, que es la que históricamente lo mantenía y explotaba; todo esto ha favorecido la expansión de la masa forestal. Pero la solución no es dejarlo ahora en manos privadas.
- El proyecto falla en el análisis de los territorios y de las causas de la situación actual. Tanto el Maestrat como els Ports tienen sus dinámicas culturales y de territorio propias que les permiten hacer camino. Tanto Maestrat Viu como la Coordinadora d’Entitats del Maestrat defienden el territorio del Maestrat, tal y como es histórica y lingüísticamente. Después está siempre detrás la intención de Morella de querer ser también capital del Maestrat (cuando no lo ha sido nunca), con lo cual colabora de manera interesada en la confusión (la sociedad morellana de cazadores se llama El Maestrazgo). Y ahora este proyecto quiere añadir todavía más confusión sin siquiera haber estudiado antes el territorio. A este proyecto le sobran Ares, Benassal, Xert, Rossell y Catí, que son del Maestrat.
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- También quiero avisar de que no compréis el relato de «la España vaciada», que entiendo que es la manera en que el neoliberalismo quiere que creamos que nuestros pueblos dependen de la ciudad, se continúa profundizando en la idea de someternos a la vida de ciudad. La ruralidad solo tiene sentido si es independiente de cualquier otra forma de vida, libre, como siempre ha sido. Se trata de fijar población en el mundo rural, no de hacer servilismo a la ciudad. No se trata de que «nos conozcan», se trata de cómo vivimos aquí y de qué futuro queremos. El sujeto somos nosotros. Ellos quieren reforzar siempre el mensaje de que somos destino de salud, paz, naturaleza, tranquilidad, buena comida..., de darles todo lo que tenemos y ellos no tienen. En los pueblos somos mucho más que esto. #orgulldepoble
- No todo el turismo vale para nuestros pueblos. Entiendo la preocupación creciente por el turismo, pero fuera de los macroproyectos continúo pensando que el turismo sostenible y responsable puede ayudar mucho a nuestro desarrollo económico, como se ha demostrado en otras zonas del planeta. Un turismo pensado desde nuestros pueblos y para nuestros pueblos. Un turismo donde el sujeto y los protagonistas somos nosotros y nuestra manera de ver el mundo, cómo sentimos, cómo hablamos, cómo nos expresamos. Un turismo respetuoso.
- Lo único que pido es que la sociedad esté despierta y activa. Señores políticos, escuchen y ayuden a la gente que vive y trabaja en los pueblos, pasen a escucharnos a nuestras casas, tiendas, y ¡tomen nota!
Pau Fabregat Beltran