Terre de liens, un movimiento que amplía el debate sobre la tierra agrícola
Cécile SÉNÉGAS y Mamen CUÉLLAR PADILLA
Granja La boîte à fromages, en Orbois (Calvados), una finca de la Foncière Terre de Liens desde 2018. Foto: Terre de liens Normandie
¿UN PROBLEMA DE USO, DE ACCESO O DE PROPIEDAD?
La tierra, pese a su extensión y debido a su importancia estratégica como recurso finito, está gravemente amenazada por su propio deterioro y por la presión urbanística. Actualmente no existe un proyecto territorial integral y democrático que permita protegerla por sus valores agrarios.
En el marco de la agroecología, parece haber un diagnóstico compartido preocupante en cuanto al proceso de acaparamiento y de mercantilización de la tierra y a la necesidad de una transición agroecológica. Al mismo tiempo, los proyectos productivos agroecológicos no encuentran tierras o están en situaciones precarias.
En este punto surge un debate importante con dos planteamientos:
- Por un lado, la necesidad de impulsar la democratización de la propiedad de la tierra en una perspectiva de igualdad y de soberanía alimentaria, es decir, conseguir una reforma agraria bajo el lema: «La tierra para quienes la trabajan», lo que responde a la lucha histórica de los movimientos jornaleros en el sur (como el «Sin tierra» en Brasil o el Sindicato Obrero del Campo en Andalucía).
- Y, por otro lado, promover la propiedad pública o social de la tierra para priorizar su uso por la gente que quiere trabajarla. Esta propuesta involucra a toda la comunidad, pues considera la tierra como un «bien común» que implica a toda la sociedad. Es una visión cercana a las culturas indígenas, que no admiten la propiedad individual ni privada de la tierra porque está viva, nos alimenta, nos sostiene, es irremplazable. Los bienes comunes se caracterizan por la forma en que se gestionan, que es desde el conjunto de la comunidad, en la que nada ni nadie tiene control absoluto sobre el recurso, de forma horizontal y abierta. Para el logro de nuestra soberanía alimentaria, resulta imprescindible defender el valor de la tierra como bien común, pero ¿esto facilitaría el surgimiento y la estabilidad de proyectos agroecológicos?
UNA PROPUESTA DE GESTIÓN ALTERNATIVA DE LA TIERRA AGRÍCOLA
Terre de liens nace en Francia en 2003 con el propósito de impulsar una agricultura agroecológica, con una finalidad alimentaria y a escala humana, comprometida con la sociedad y enraizada en los territorios. La idea es a la vez ambiciosa y sencilla: organizar la adquisición de tierras agrícolas para permitir un acceso a ellas colectivo y solidario.
En Francia, como en otros países, existe un proceso de concentración de tierras. A esto se añade la urbanización y artificialización de los suelos que, en el año 2017 se incrementó un 24 % (más de 55.000 ha), con el considerable aumento de precio. En 10 años (2007-2017) se ha pasado de pagar 4730 € a 6000 € por ha. Con el fin de reconocer las tierras como bien público y evitar que entren en la lógica de mercado, en los años 60 se creó SAFER (Sociétés d’aménagement foncier et d’établissement rural), sociedades anónimas sin ánimo de lucro que, entre otras cosas, revisan los precios de venta. Ahora bien, SAFER tiene unas capacidades limitadas y no en todos los territorios promueve el mismo modelo productivo.
Los valores de la organización Terre de liens son: humanismo, solidaridad, confianza, respeto y crítica al consumismo. Sus fundadores son el Movimiento de la Educación Popular, el MAB (Movimiento de Agricultura Biodinámica) y la Nef, cooperativa centrada en captar ahorros y conceder créditos bajo el paraguas de la economía solidaria.
Su primer objetivo es eliminar definitivamente las tierras agrícolas del mercado de la especulación y del peligro de la urbanización y el segundo, facilitar el acceso a la tierra a quienes desean desarrollar una agricultura campesina sostenible. Mediante la Foncière, una herramienta de captación de ahorros, y la Fondation, en el ámbito de las donaciones, Terre de Liens busca recursos financieros para comprar tierras de forma colectiva e instaurar proyectos agroecológicos. Así la organización se convierte en propietaria de la tierra y la cede en alquiler a las agricultoras y los agricultores que quieren iniciar su actividad. La dimensión local de sus proyectos se mezcla con la dimensión global del movimiento.
Terre de liens apuesta por por la ciudadanía como principal recurso humano. El voluntariado, entre otras tareas, acompaña a las personas interesadas, lanza campañas de captación de fondos y sensibiliza sobre la preservación de la tierra. Es un caso de cooperación muy estrecha entre el sector rural campesino y las personas consumidoras, generalmente del medio urbano.
La organización compra y alquila de diez a quince fincas nuevas cada año en Francia. Si nos quedamos en las cifras, sus terrenos representan el 0,01 % de la superficie agrícola útil total en Francia. Por tanto, no es un movimiento significativo por su impacto, pero sí es un escaparate que visibiliza este modelo agroecológico de gestión de la tierra.
Estas fincas son laboratorios que permiten a Terre de liens acumular experiencias e ir perfeccionando formas y modelos de gestión colectiva de tierras para explorar la temática en todos sus aspectos: los actores sociales implicados (familiares, propietarias, vecinas, instituciones locales, etc.); las etapas del acceso a la tierra (la instalación, el relevo generacional); las diferentes partes del diseño de una finca (las tierras cultivadas, las infraestructuras, etc.); el ámbito jurídico (los contratos de arrendamiento); o las fases de un proceso de transición agroecológica (desde el cuidado del suelo hasta la comercialización). Este dispositivo único permite no solo reflexionar sobre la dimensión social e integral de la tierra, sino también desarrollar acciones concretas implicando a la ciudadanía.
Tras el proceso de institucionalización, crecimiento y reconocimiento, la cantidad de solicitudes de apoyo y acompañamiento va en aumento. La organización se ha convertido en una ayuda frente a la dificultad de acceso o de gestión de tierras en el mundo agrícola y rural. Puede tratarse simplemente de escuchar, reorientar hacia otros actores o informar, pero también de dar consejos, intermediar entre oferta y demanda, visitar fincas, acompañar en el diseño de la actividad, en el asesoramiento jurídico, etc. Todo este trabajo de hormigas es la parte invisible.
TERRE DE LIENS HACE VISIBLE EL DEBATE ACCESO/PROPIEDAD
La organización tiene claro que debe defender el modelo agroecológico, pero existe un debate cotidiano sobre qué aspecto priorizar: el acceso o la propiedad.
Por un lado, encontramos la idea de que lo importante es promover el acceso a la tierra a quienes quieren desarrollar iniciativas agroecológicas:
«A mí me da igual que sea una finca Terre de liens, lo que me interesa es que las personas con iniciativas agroecológicas puedan acceder a la tierra para desarrollar su proyecto», apunta una voluntaria.
Pero, por otro lado, también se valora que la propiedad de esa tierra sea colectiva para garantizar procesos duraderos:
«¿Qué nos asegura, si Terre de liens no compra estas tierras, que nunca serán compradas por alguien que va a construir un IKEA encima, o que serán parte de una megafinca?».
Así, el debate que surge plantea cuestiones de calado. ¿Vale la pena dedicar tiempo y energía a un proyecto de relevo generacional, por ejemplo, para que se mantenga la finca como es en su tamaño (pequeño), en sus prácticas (ecológicas), en su paisaje (diverso y bonito), sin saber lo que ocurrirá en la siguiente venta? ¿O es preferible esforzarse en establecer procesos estables en los que hay una adquisición colectiva de la tierra y, por lo tanto, un control social a largo plazo sobre lo que va a ocurrir en ella?
Los miembros de la organización continuan discutiendo estas cuestiones.
APORTES Y LÍMITES DEL MOVIMIENTO
La acción de Terre de liens sigue siendo una gota en el mar actual donde la ampliación de las fincas agrícolas, la especialización de las producciones o la urbanización son tendencias claras. Sin embargo, este movimiento hace varios aportes clave para el mundo rural, campesino y agroecológico, ya que hace tangibles y concretos los debates sobre la temática de la tierra. ¿A quién debería pertenecer? Si la consideramos como un «bien común», ¿habría problemas de acceso a ella? ¿Sería esta la manera de favorecer la instalación de personas con proyectos agroecológicos?
Aparte de este debate, Terre de liens aporta un elemento innovador por el papel que tiene la ciudadanía para responder a estos proiblemas. A través de la participación voluntaria, se ha pasado de la consciencia de la necesidad de un consumo responsable a un acercamiento a la realidad de la producción. Hay una toma de conciencia sobre este importante reto, del que la ciudadanía no tenía conocimiento previamente. Más allá de un cambio en la relación producción-consumo, Terre de liens pone en marcha una verdadera cooperación y una reconciliación entre la ciudadanía y el campesinado a través del debate del acceso a la tierra.
Además, Terre de liens lidera Access to land, una red europea que agrupa a varias organizaciones que promueven la transición agroecológica en el ámbito local, buscando soluciones y ampliando el debate sobre la tierra agrícola.
Como experiencia pionera, la organización plantea otras reflexiones y retos de interés para el movimiento agroecológico. Por un lado, el tema de la profesionalización de la asociación, debido a su amplio reconocimiento y al aumento constante de las solicitudes. Este «éxito» ha hecho que Terre de liens haya entrado en un proceso de institucionalización, en tensión con un principio fundador del movimiento: la educación popular. El debate interno se centra en cómo mantener un funcionamiento horizontal, incluyente, democrático y basado en el voluntariado cuando las actividades, en particular de acogida y acompañamiento, se intensifican y requieren profesionalización. Cumplir con éxito estas misiones, sin marginalizar a las personas voluntarias sigue siendo un reto para la asociación.
Cécile Sénégas
Miembro de Terre de liens y titulada del Máster Agroecología, un enfoque para la sustentabilidad rural, de la Universidad de Córdoba.
Mamen Cuéllar Padilla
Equipo de investigación en Agroecología, Soberanía Alimentaria y Bienes Comunes (ISEC), Universidad de Córdoba