Emma Siliprandi
En julio de 2024 el informe especial «El uso del hambre y el derecho a la alimentación, con el acento puesto en la soberanía alimentaria del pueblo palestino» se presentó en la Asamblea General de la ONU y generó incomodidad entre los representantes de las potencias que apoyan el genocidio ejecutado por Israel. Según el documento, «hay pruebas claras de que los funcionarios israelíes han usado el hambre como crimen de guerra y como crimen de lesa humanidad».
Michael Fakhri es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oregón. En marzo de 2020 fue nombrado relator especial sobre el derecho a la alimentación por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El rol de relator especial se creó con el fin de responder a la necesidad de un enfoque integrado y coordinado para promover y proteger el derecho a la alimentación de las personas, teniendo en cuenta las cifras alarmantes del hambre en el mundo (más de 730 millones de personas están en esta situación, de acuerdo con la FAO).
El informe, ampliamente documentado con citas de textos oficiales, entrevistas con sobrevivientes y técnicos de organizaciones internacionales, habla sobre todo del uso cobarde e intencionado del hambre como arma de extinción. Por ejemplo, con el bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria.
Pero el relator va más allá y afirma que «el asedio total que comenzó el 9 de octubre de 2023 fue una continuación de los 24 años de bloqueo de Israel y de los 75 años de ataque contra el sistema alimentario de Gaza». El documento presenta un análisis político de cómo se llegó a la realidad del genocidio, a partir del contexto de constantes afrentas contra el pueblo palestino, en el intento de expulsarlo de su territorio. «La soberanía alimentaria del pueblo palestino se deriva de su relación continuada y ancestral con el territorio de Palestina», afirma el relator. Pero la realidad es que el estado de Israel ha desalojado y desposeído continuamente a los palestinos de sus tierras, ampliando periódicamente su propia ocupación y asentamientos. Además, hace muchas décadas que Israel controla el suministro de alimentos a Gaza, manteniendo a las personas al límite del hambre para evitar el escándalo.
Los pescadores sacan las cajas de pescado tras finalizar una buena jornada. Puerto de Gaza - Ciudad de Gaza (2007). Foto: Shareef Sarhan
Pescadores palestinos intentan capturar pescado cerca del puerto de Gaza después de que el ejército israelí les impusiera la prohibición de llegar a las zonas donde pueden faenar. Solo están autorizados a pescar a 15 millas náuticas de la costa de Gaza. Foto: Shareef Sarhan (2015)
Un informe sin concesiones
A continuación, presentamos algunos de los principales puntos del informe, que, por su claridad y valentía, debería ser más conocido y utilizado como una guía para la acción. Los números entre paréntesis corresponden a los párrafos del documento original.
El 9 de octubre de 2023, Israel anunció su campaña para hacer padecer hambre a Gaza. Nunca en la historia de la posguerra se había hecho pasar hambre a una población de forma tan rápida y tan abrumadora como en el caso de los 2,3 millones de palestinos de Gaza. (1)
Más concretamente, aquellos que hacen padecer hambre suelen contar con el apoyo de otros estados y empresas extranjeras, lo que convierte a esas terceras partes en cómplices. Por ejemplo, en Gaza, los terceros países y empresas no solo son responsables del suministro ilegal de armas para la campaña de hambre y genocidio de Israel, sino que algunas empresas han sido cómplices durante años de la destrucción ilegal de los sistemas alimentarios y de abastecimiento de agua palestinos y de los asentamientos ilegales en territorios palestinos. (17)
Aquellos que hacen padecer hambre suelen contar con el apoyo de otros estados y empresas extranjeras, lo que convierte a esas terceras partes en cómplices.
Cuando se atacan los sistemas alimentarios, ya sea en tiempos de paz o de guerra, es indicio de una clara intención de hacer padecer hambre, pues no solo crea una crisis inmediata, sino que también tiene repercusiones a largo plazo. Esto incluye actos como arrasar o contaminar tierras agrícolas, destruir instalaciones agroalimentarias, destruir o envenenar fuentes de agua o atacar sistemáticamente a campesinos, ganaderos y pescadores. […] A este respecto, la destrucción a gran escala de infraestructuras civiles, como carreteras, puertos e instalaciones educativas, debilita intrínsecamente los sistemas alimentarios. La contaminación y la destrucción del medio ambiente también aumentan el riesgo de hambruna. (33)
Israel expuso de manera explícita sus intenciones de hacer padecer hambre a todos los habitantes de Gaza, puso en práctica sus planes y, como era de esperar, provocó una hambruna en toda Gaza. […] Israel empezó con un asedio total que debilitó a todos los palestinos de Gaza. Después, usó el hambre para provocar traslados forzosos, daños y la muerte contra la población del norte, empujando a la gente hacia el sur, solo para hambrear, bombardear y matar a la gente en los campamentos de refugiados recién creados en el sur. (36)
Lo que está en juego es ni más ni menos que el intento de Israel de anexionarse Gaza, como ha indicado el actual gobierno en múltiples ocasiones. Israel ha considerado la anexión de Gaza al menos en dos ocasiones antes de 2023: durante la conferencia de conciliación de Lausana en 1949 y tras la guerra de 1967. (37)
En 2023, Israel se apoderó de más tierras palestinas que en ningún otro año de los últimos 30. Al mismo tiempo, se observó también el mayor nivel de violencia cometida por colonos israelíes en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, lo que provocó un número récord de palestinos desplazados. El traslado forzoso de población, mucha de la cual eran agricultores y pastores, se debió en su mayoría a la violencia de los colonos y a la restricción del acceso con la aprobación o aquiescencia de las autoridades israelíes. [...] (40)
En 2023, Israel se apoderó de más tierras palestinas que en ningún otro año de los últimos treinta.
Al destruir y envenenar las tierras agrícolas y diezmar los puertos y los enclaves pesqueros, Israel ha destruido aproximadamente el 93 % de la economía del sector agrícola, forestal y pesquero de la región. (47)
El estado de Israel ha desplegado toda la gama de técnicas de hambre e inanición a lo largo de toda su historia, perfeccionando el grado de control, sufrimiento y muerte que puede causar a través de los sistemas alimentarios, hasta llegar a este momento de genocidio. Lo destacable de Israel es que las técnicas y el discurso que ha utilizado para negar a los palestinos su protección frente al hambre son las mismas técnicas utilizadas por las Potencias coloniales antes de la Segunda Guerra Mundial para controlar a las poblaciones locales y desalojar y desposeer a los pueblos de sus tierras y territorios. La representación de la tierra autóctona como «vacía», «infrautilizada» y «muerta» y el intento de legitimar el colonialismo invocando la supuesta productividad y mejora de la tierra por parte de los colonos ha sido una característica recurrente del colonialismo de Australia a la Isla Tortuga y de Hawái a Palestina. Todas estas técnicas para hacer padecer hambre e inanición son utilizadas comúnmente hoy en día por diferentes agentes. (80)
El estado de Israel ha desplegado toda la gama de técnicas de hambre e inanición a lo largo de toda su historia.
[…] El año pasado, los colonos y las fuerzas armadas israelíes infligieron índices récord de violencia contra campesinos y pastores de la Cisjordania ocupada. A raíz de ello, los campesinos no pudieron cosechar sus aceitunas. Las aceitunas son, por supuesto, una importante fuente de alimento y sustento. Pero la relación del pueblo palestino con los olivos, que pueden vivir cientos de años, también tiene que ver con la relación del pueblo palestino con sus antepasados y con su futuro, así como la pesca artesanal es parte esencial de una vida en armonía con el mar y no solo un medio para conseguir alimento, o la recolección de zaatar silvestre no es solo una opción culinaria, sino una práctica que conserva una conexión inherente con la tierra. (110)
Una reclamación final
Al presentar sus recomendaciones políticas a estados y a instituciones internacionales, el relator hace una llamada:
La soberanía alimentaria significa que el pueblo palestino, como pueblo, tiene derecho a sus tierras, territorios y recursos para compensar una larga historia de desposesión ilegal e injusta. El poder de la soberanía alimentaria no viene de la forma política de un estado o autoridad nacional. Viene de la inveterada relación de los pueblos con la tierra, con los ríos y el mar, y de la capacidad de esos pueblos para alimentar a sus propias comunidades, frente al sistema internacional que impera hoy, aunque esté agrietándose. Cuando ese sistema termine de desmoronarse, ¿qué podremos construir con lo que quede? (111)
Es necesario continuar denunciando esta situación internacionalmente, para que la población palestina sepa que no está sola; y continuar la presión sobre los gobiernos para que dejen de apoyar al estado genocida y paren inmediatamente con este circo de horrores.
Emma Siliprandi
PARA SABER MÁS
Informe completo disponible: A/79/171 El uso del hambre y el derecho a la alimentación, con el acento puesto en la soberanía alimentaria del pueblo palestino