Un megaencuentro frente a megaproyectos
Stéphanie Chiron
A pesar del intento de disolución del movimiento Les Soulèvements de la Terre (‘Las sublevaciones de la tierra’) del gobierno francés, cuyo decreto fue anulado el pasado 9 de noviembre por el Consejo de Estado, las luchas locales por la defensa de los territorios rurales no pararon durante el verano. Entre el 3 y 6 de agosto de 2023, en la simbólica localidad del Larzac, el primer encuentro Résistantes 2023 convocó a más de 7.500 personas por iniciativa del sindicato Confédération Paysanne y las organizaciones Terre de Luttes (‘Tierra de luchas’) y Les Faucheur-euses Volontaires (‘Segadores voluntarios’).
«Bonsoir! Pueden dejar el coche allí a la izquierda, en la zona de aparcamiento y seguir andando hasta el campamento». Nos recibe una mujer bien abrigada cuando llegamos, al atardecer, a la zona señalizada con el cartel «Bienvenue aux Résistantes». Salimos de las coscojas, espinos y carrasca y delante de nosotras se abre un espacio inmenso de unas 10 ha. Son tierras prestadas por campesinos y campesinas de la Société Civile des Terres du Larzac,[1] donde se están montando las carpas que acogerán un total de 150 asociaciones y colectivos, de todas las regiones francesas y de más allá. Durante estos días se intercambiarán experiencias, se crearán alianzas y se formará en actividades tan diversos como «El derecho, herramienta de lucha contra los proyectos contaminantes», «Resistencias al mundo digital», «La Comuna de París», «Tomar las tierras en una perspectiva feminista», «Larzac, Notre-Dame-des-Landes, Bassines, non merci!: la dimensión nacional como objetivo para ganar», «¿Cómo conseguir fondos para financiar las luchas?» o «Luchar sin quemarse».
Espacio de Radio Résistantes, una radio efímera formada por una treintena de radios libres y comunitarias de distintas partes de Francia. Foto: Stéphanie Chiron.
Escultura que representa el logo del encuentro, con la frase «Somos la naturaleza que se defiende a sí misma». Foto: Stéphanie Chiron
Autogestión, cuidados y radios piratas
Nos damos cuenta enseguida de la dimensión del encuentro cuando buscamos el campamento de las personas voluntarias, donde se han instalado durante la semana previa quienes participan en el montaje de las instalaciones. «Os recordamos que mañana por la mañana quedamos aquí como siempre para distribuir los grupos de trabajo. Va a ser una jornada complicada. Por la tarde, tendremos la visita de las autoridades que tienen que dar el visto bueno a las instalaciones», explica una pareja joven con un megáfono y subida a unos palets. A su alrededor, unas cien personas asisten a la asamblea que cierra el día. Otra persona encargada de la vida en el campamento interviene: «Pequeños recordatorios para las personas que acaban de llegar: ¡No se puede utilizar cocina portátil por los riesgos de incendios!». Y es que se anunciaban días de fuerte viento y en la página web del encuentro advertían que en el Larzac el calor puede apretar muy fuerte. «Y en principio el campamento no está abierto a los perros. A la pastora de aquí no le hace ninguna gracia y quiere que las ovejas estén tranquilas», añade cerrando el punto.
En total, alrededor de 800 personas atendieron a las necesidades de la cocina, gestionaron alrededor de una cincuentena de aseos secos y duchas, ayudaron al montaje de los distintos espacios, cuidaron a la gente y resistieron durante cuatro días a condiciones meteorológicas adversas, fuera de lo común, con una bajada inesperada de las temperaturas, lluvias y fuertes vientos. Y, a pesar del cansancio y de las tensiones, se notó durante todo el encuentro un espíritu festivo centrado en reunirse para celebrar un gran evento.
«¡Estamos como en un campamento juvenil!», exclama en el espacio «Media» Maryvonne, de Radio Larzac, que a sus más de 60 años duerme en una pequeña carpa al lado de la nuestra. Maryvonne forma parte de Radio Résistantes, una radio efímera formada por una treintena de radios libres y comunitarias de distintas partes de Francia que se juntaron allí gracias a la dinamización de Radio Larzac, una radio tan mítica como la localidad desde donde emite. Esta emisora nació en 2003 durante el último encuentro multitudinario que se organizó en el altiplano del Larzac para celebrar los 30 años de la ocupación victoriosa de las tierras que consiguió parar la ampliación de un campo militar proyectado en la zona por el Estado francés.
Mientras esperan para entrar en la caravana de Radio Larzac, que les sirve de estudio, Maryvonne; Pauline, de Fréquence Paris Plurielle; Antoine, de Radio Escapades, y Laurent, de RDWA, conversan acerca de la presencia histórica de radios piratas efímeras que acompañaron en las ondas grandes luchas por la defensa de los territorios frente a megaproyectos. Radio Plogoff en Bretaña, durante el año 1981, cubrió el final de la movilización para impedir la construcción de una central nuclear en el pueblo de Plogoff; Radio Lorraine Cœur d’Acier, creada en 1979 por la CGT para informar sobre la huelga del valle minero del noreste de Francia; Radio Klaxon, que emitió entre 2011 y 2018 desde la ZAD de Notre-Dame-des-Landes para acompañar la movilización contra la construcción de un segundo aeropuerto cerca de Nantes, y la última, MegaRadio, la emisora que cubrió la concentración del 25 de marzo en Sainte-Soline y su violenta represión.
Redes de apoyo y afectivas
Una nueva demostración de fuerza para seguir ejerciendo presión sobre el gobierno francés.
En muchos aspectos, el encuentro no estaba concebido específicamente como un evento mediático; el hecho de organizarlo en plenas vacaciones de verano lo confirma. Se trataba, por una parte, de una nueva demostración de fuerza para seguir ejerciendo presión sobre el gobierno francés tras su intento de disolver Les Soulèvements de la Terre. De hecho, el movimiento aprovechó el encuentro multitudinario para celebrar una conferencia de prensa donde informó de los últimos pasos del recurso en el Consejo de Estado. Por otra parte, todo estaba pensado para facilitar los intercambios entre activistas y militantes y la difusión de información sobre sus luchas. Durante los cuatro días se organizaron un total de 25 mesas redondas, 49 talleres y cursos de formación, 34 espectáculos y proyecciones, y 11 asambleas, así como paseos para observar la fauna y la flora del Larzac. En el espacio «La Bambinerie» se atendía a los niños y las niñas. También estaba presente un equipo de FFS (Festividad Fight Sexism) y otro, con chalecos amarillos distintivos, de personas atentas a cualquier anomalía o necesidad en la vida del campamento.
El encuentro Résistantes 2023 se convirtió en una respuesta unánime para reafirmar su determinación por seguir movilizándose. Foto: Stéphanie Chiron.
Más de 7.500 personas confluyeron en el encuentro Résistantes 2023 durante 4 días, donde compartieron momentos informales e intercambiaron experiencias de luchas como en el comedor a cielo abierto. Foto: Isabel Vara
La enorme dimensión del campamento y las malas condiciones meteorológicas no favorecieron el encuentro informal entre la gente, especialmente en el espacio de carpas reservado a colectivos, situado en un extremo del terreno. Bernard, una de las personas fundadoras del «Collectif pour le Triangle de Gonesse», en contra de la artificialización de las últimas tierras fértiles de Île-de-France (Región de París), estaba en este espacio informando de sus acciones y nos contó que no pudieron debatir demasiado con la gente. Michèle, del mismo colectivo, una activista de toda la vida, muy formada y con una amplia trayectoria organizando encuentros, nos cuenta que de alguna manera le ha sabido a poco: «Siento que hubiera podido aportar algo más sobre ciertos temas. La persona que estaba dinamizando el espacio sabía menos que yo. Hace mucho tiempo que estamos en esto y tenemos ya mucha experiencia. Se nos quedó corto en ciertos aspectos». Sin embargo, para Génebaud han sido cuatro días muy intensos, conformados por numerosos encuentros en distintos espacios del campamento. Haciendo cola para comer o compartiendo mesas, pudo conversar con mucha gente y dar a conocer la lucha a la que está dedicando gran parte de su tiempo en Soisson para parar la construcción de la fábrica de lana de roca de la multinacional danesa Rockwood. Se ha quedado con un montón de contactos que, espera, podrán ayudarle en futuras movilizaciones.
Durante la última comida, en un momento en que salió el sol, conversamos con varias personas que podrían reflejar la diversidad de edades, orígenes y condiciones de quienes conocimos en el encuentro. Al principio, charlamos con dos jóvenes que venían de Camarés, un pequeño pueblo a una hora del campamento. Vincent es neorural, vivía en París donde se formó en carpintería y, en cuanto pudo, se fue en búsqueda de «un lugar más amable donde construir una vida de verdad». Por el momento, está muy feliz con su compañera y su bebé viviendo en un camión en la linde de un bosque: «la gente de la comarca nos acogió muy bien. Ya tengo trabajo». Paula, joven originaria del mismo Camarés, nos cuenta que algunas de las jóvenes que quedan en el pueblo han sentido curiosidad por saber qué estaba pasando en el campamento. Mientras hablamos se acerca un chico con una tabla de quesos de la zona. Corta lonchas que ofrece a precio libre. Precisamente, sus quesos vienen de Camarés y empezamos a charlar con Vincent y Paula. Le parece increíble la cantidad de personas que se han reunido estos dos últimos días y añade «aquí llegaron a juntarse más de 200 000 personas hace 20 años». Al oírnos hablar en castellano, una mujer se dirige a nosotras. Ella también vive en un camión y viaja desde hace un año visitando gente y conociendo nuevas personas: «Fue una liberación. Lo estaba deseando desde hacía tiempo, pero no encontraba el momento ni sabía cómo hacerlo. No me he quedado con nada. Me deshice de todo».
Reafirmar la voluntad de movilización
Las mesas redondas y las conferencias fueron la ocasión de conocer en persona a nuevos actores y actrices del escenario militante francés con medios alternativos como la revista Socialter, la editorial Editions du Commun o el youtuber Vincent Verzat, de Partager c'est sympa (‘Compartir mola’), que intervinieron en una mesa redonda titulada La Bataille des imaginaires (‘La batalla de los imaginarios’). También participaron las grandes figuras de las últimas movilizaciones como Julien Le Guet, de Bassines, Non Merci!, que se enfrenta actualmente a un juicio previsto para el 28 de noviembre de 2023, como otros seis portavoces de la Confédération Paysanne, del sindicato Solidaires, de Les Soulèvements de la terre, de la CGT y otros dos activistas. Conocimos también a personas muy activas en proyectos transversales, como Matthieu Dalmais, implicado en la Seguridad Social de la Alimentación, que lleva ya varios años representando su conferencia teatralizada De la fourche à la fourchette… Non ! L’inverse ! (‘De la granja al tenedor… ¡No! ¡Al revés!’). También pudimos conversar en distintos espacios con integrantes de L’Atelier Paysan, que trabajan tanto en la formación del campesinado en temas de soberanía tecnológica como en publicaciones críticas sobre la agricultura digital.
Las altas cifras de afluencia al encuentro y el ambiente de celebración que se vivió durante esos cuatro días suponen un subidón muy importante para mucha gente que rompió con el aislamiento de su lucha local. En un momento de elevada tensión con las autoridades francesas, el encuentro Les Résistantes se convirtió en una respuesta unánime del conjunto de las organizaciones presentes para reafirmar su determinación de seguir movilizándose y apoyándose mutuamente para potenciar las más de «600 luchas contra megaproyectos sin sentido», contabilizadas por el periódico Reporterre.
Efectivamente, para la segunda quincena de agosto, ya había previstas grandes convocatorias, como el «Convoi de l'eau» (‘Convoy del agua’), un recorrido de Sainte-Soline a París, en tractor y en bici, por iniciativa del colectivo Bassines Non Merci, para pedir una moratoria sobre las megarreservas de agua. También estaba en marcha la organización de Rencontres des Luttes Paysannes et Rurales (‘Encuentros de las luchas campesinas y rurales’) en la emblemática zona de Bure, donde se iban a juntar numerosos colectivos antinucleares de Francia, Suiza y Alemania.
Los próximos meses se prevén tensos y cargados de expectativas en cuanto al futuro de Les Soulèvements de la Terre y de los 8 portavoces y militantes encausados, pero también en cuanto a la necesidad de globalizar la movilización para oponer una resistencia real a la estrategia de confrontación del gobierno francés, que intentará por todos los medios impedir la victoria de un movimiento anticapitalista amplio, diverso y unido para la defensa de la vida.
[1] La Société Civile des Terres du Larzac es una estructura de autogestión de tierras agrícolas única en Francia. Se constituyó en 1985 para formalizar el final de una lucha emblemática por la conservación de las tierras del altiplano de Larzac que enfrentó durante diez años a la población campesina local y al Estado francés.
Stéphanie Chiron
Pódcast Toma la Tierra
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