A partir del análisis de la comarca del Pallars Sobirà* (Catalunya)
Feliu LÓPEZ I GELATS
Manifestación contra la despoblación en Madrid, marzo de 2019. Foto: Silvia Pérez
Emergen nuevas demandas sobre lo rural: actividades recreativas, conservación de biodiversidad, seguridad alimentaria, vivienda, bienestar animal, etc. Aparecen nuevos actores que intentan imponer sus agendas, mientras otros pierden peso. Para ilustrar esta complejidad de miradas, describimos los cuatro principales discursos que coexisten sobre estas cuestiones entre los habitantes de la comarca pirenaica del Pallars Sobirà.
La dinámica complejidad de los pueblos de montaña
Es una afirmación muy extendida la que dibuja lo rural como un entorno social y ecológico inalterado e inalterable. Sin embargo, lo rural se encuentra en constante transformación. De hecho, en Europa, procesos rápidos de recomposición social y reestructuración económica están dando lugar a una creciente complejidad social y a nuevas disputas sobre cómo es y cómo debería ser lo rural.
Este proceso de cambio es particularmente grave en las regiones montañosas, al tratarse de entornos especialmente vulnerables, como consecuencia de la fragilidad de algunos de sus ecosistemas, el pequeño tamaño poblacional, el aislamiento o las dificultades que plantea pertenecer a una economía globalizada. La exposición a una competencia cada vez mayor a causa de la globalización económica ha provocado que la agricultura y la ganadería hayan dejado de ser el principal pilar de la economía rural. A pesar de continuar siendo el sector que más tierra utiliza, el empleo primario ha caído drásticamente, siendo sustituido en algunas regiones por el turismo. El aumento de facilidades para la movilidad ha contribuido a esta transición. Igualmente, la expansión de las tecnologías de comunicación e información no únicamente han facilitado la llegada de un creciente número de turistas, sino también la de nuevos habitantes, algunos cansados de la vida urbana, otros atraídos por el menor coste de la vivienda o las oportunidades emergidas del boom turístico de algunas regiones. Sin embargo, un gran número de jóvenes siguen abandonando las regiones rurales donde crecieron en busca de mejores oportunidades laborales y educativas. Todas estas tendencias y transformaciones promueven la homogeneización cultural y la interdependencia económica.
El Pallars Sobirà
La comarca del Pallars Sobirà se encuentra en la región fronteriza entre Andorra, Francia y España, en Catalunya. Con una superficie de 1378 km2 contiene una gran diversidad de paisajes, desde picos de más de 3000 m a prados de siega del fondo de los valles fluviales. Como consecuencia de las condiciones climáticas y orográficas, típicas de regiones alpinas, la única modalidad de agricultura que se puede llevar a cabo es la ganadería extensiva de pequeña escala, que históricamente ha sido el motor económico.
Pero la comarca ha vivido transformaciones radicales en las últimas décadas. Como en muchas otras regiones montañosas de Europa, el sector ganadero se caracteriza por elevados niveles de abandono que agrava la pérdida del conocimiento ecológico tradicional. Así, la terciarización es la principal característica de la economía comarcal. En el Pallars Sobirà desde los años 90 ha tenido lugar un fuerte desarrollo del sector turístico, principalmente asociado a actividades recreativas de río y al esquí, y en menor medida también a distintas iniciativas de valorización del patrimonio natural y cultural. Alrededor de una cuarta parte de las explotaciones de ganadería extensiva están certificadas como producción ecológica.
En la actualidad, más del 80 % del territorio de la comarca se encuentra bajo alguna figura de protección de la naturaleza. Este hecho genera reacciones conflictivas por lo que respecta a sus efectos sobre la economía local y el papel que debe desempeñar la ganadería. Juntamente con el cambio de dinámica económica y la ambientalización gradual de las políticas que afectan a la comarca, el tradicional éxodo hacia núcleos urbanos se ha suavizado mucho durante los últimos años. Incluso se ha detectado un movimiento en dirección opuesta. No obstante, ambos movimientos migratorios coexisten en la región de manera notable, cambiando el perfil de los habitantes de la comarca y reforzando valores e intereses urbanos y no agrícolas.
La comarca tiene una población de 7625 habitantes, que se encuentra distribuida entre 134 pueblos, la mayoría con menos de 30 habitantes (5,5 personas/km2); el mínimo histórico poblacional se registró en 1991 con 5046 habitantes, mientras que el máximo lo hizo en 1860 cuando más de 20.000 personas vivían en la comarca.
A continuación, ofrecemos los resultados del análisis realizado en la zona en 2009 en el que se recogen algunas opiniones de las personas que habitan la comarca.
Discursos de ruralidad
El discurso conservacionista ve en la preservación y valorización de los recursos ecológicos el punto central de la hoja de ruta en la que se debería basar el desarrollo de la comarca. Así pues, esta tesis les otorga un papel fundamental a los espacios naturales protegidos en la dinamización económica y social de la comarca. Se cree que la mayoría de la sociedad está dispuesta a pagar más por bienes y servicios de elevado valor ecológico, a la vez que se remarca la base sólida y sustentable de esta línea de adaptación para las regiones de montaña. Según este argumento, deben promoverse actividades económicas que fomenten la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento del paisaje.
«Todos nosotros necesitamos creer que los paraísos existen. Este es el papel de los parques naturales».
«La estrategia de desarrollo debería basarse en criterios ambientalistas. Un turismo ligado a la conservación de la naturaleza es el que debe fomentarse. La actividad ganadera debe mantenerse como una actividad que promueva la conservación del paisaje característico».
El discurso emprendedor concibe el abandono y el despoblamiento de las regiones de montaña como el gran enemigo a batir y para hacerle frente hay que promover la emprendeduría y la innovación económica. Este argumento apuesta por el fomento del turismo, las profesiones liberales que ahora pueden ejercerse desde estos territorios y la construcción como los activos más solventes de que dispone la comarca. La ganadería extensiva decadente y subvencionada, según es concebida en este caso, es el símbolo del camino que no se debería retomar nunca. Los espacios naturales protegidos son obstáculos para el desarrollo, ya que limitan el acceso a recursos que se podrían dinamizar. Es un problema, se remarca desde este punto de vista, que las decisiones políticas reflejen un desconocimiento tan grande de las zonas de montaña y que únicamente las perciban como zonas recreativas para urbanitas y no como zonas con una economía dinámica y capacidad productiva.
«La economía de subsistencia que ha caracterizado la comarca debe desaparecer. Es necesario especializarse».
«Como consecuencia del tamaño reducido de la economía y la poca población, el modelo de desarrollo de la comarca viene en gran medida determinado por gente que no vive aquí. Los políticos no entienden nuestra realidad. Pretenden convertir la comarca en un museo en lugar de un sitio en el que vivir».
El discurso proganadero considera que el gran activo de las regiones de montaña y de esta comarca en particular es su potencial agrícola, y en especial el ganadero. La ganadería extensiva no se entiende solo como una actividad productiva, sino también como una actividad generadora de muchos bienes y servicios altamente valorados por el resto de la sociedad (cultura, paisaje, alimentos saludables, etc.) y que a la vez son la base de otras actividades económicas, como el turismo. Según esta visión, la mejor manera de garantizar el potencial dinamizador de la ganadería extensiva es mantenerla con su vocación productiva.
«Una montaña sin ganado es triste».
«Los ganaderos son la verdadera especie en extinción».
«A pesar de que la ganadería proporciona algunos beneficios sociales, como reducir el riesgo de incendio, mantener pueblos vivos, etc.; considerar a los ganaderos como guardianes de la naturaleza implica infravalorar nuestro trabajo. En lugar de subvenciones, deberíamos recibir un precio justo por nuestros productos».
El discurso del desarrollo endógeno remarca los impactos nocivos para las regiones de montaña de los modelos de desarrollo centrados en la construcción y el turismo de masas. Según este punto de vista, es necesario fomentar la diversificación económica y un papel más protagonista de la población en la construcción de la hoja de ruta que debe seguir la comarca. Es necesario buscar un equilibrio entre la postura conservacionista y los sectores turístico y ganadero. Ni el monocultivo turístico, ni los espacios naturales protegidos aislados de las personas que habitan el territorio se perciben como estrategias para un desarrollo rural sustentable para la comarca.
«No entendería un paisaje totalmente salvaje, ya que el paisaje ha sido trabajado desde siempre. Se debe encontrar un equilibrio entre conservación y producción, un equilibrio que no se ha encontrado de momento».
«La región ha sido tradicionalmente marginada del proceso de industrialización. La necesidad de proteger una cantidad de terreno tan grande debe explicarse cuidadosamente, puesto que condiciona en gran manera el desarrollo futuro de la comarca. En contrapartida, deberían ofrecerse compensaciones generosas, si no la gente percibirá que está perdiendo oportunidades una vez más».
La existencia de estos cuatro discursos sobre el desarrollo rural de la comarca del Pallars Sobirà desvela la enorme complejidad de la sociedad rural, debida en parte a los procesos de cambio actuales: la migración en ambas direcciones y la terciarización de la economía local. Las regiones rurales ciertamente están cambiando. Muchos agentes que conforman el cambio rural debilitan las formas de producción tradicionales e inundan las culturas locales con elementos externos. Esta situación es particularmente crítica en regiones de montaña en las que los modelos urbanos de desarrollo son especialmente difíciles de transferir. En todo este proceso de transformación no están en disputa únicamente los imaginarios rurales, sino también las reorganizaciones socioeconómicas.
Feliu López i Gelats
Càtedra d'Agroecologia i Sistemes Alimentaris
Universitat de Vic - Universitat Central de Catalunya
* López-i-Gelats, F.; Tàbara, J.D.; Bartolomé, J. 2009. The rural in dispute: Discourses of rurality in the Pyrenees. Geoforum 40, 602-612. http://dx.doi.org/10.1016/j.geoforum.2009.04.008