Sara de la Paz Cembellín
Se respira aire puro, la paz inunda nuestros pequeños pueblos y, de repente, aprovechando la creencia de que son pocas personas las que los habitan y su nivel cultural es bajo, ¡salta la alarma!, y descubrimos la pretensión de convertir nuestra sierra en un campo de minas por parte de quienes unos años atrás ni siquiera sabían que la sierra de Ávila existía. Ahora amenazan a nuestro ganado, nuestros campos, nuestros negocios, nuestra salud, y con ello el irrepetible y extraordinario legado que tan amablemente cuidaron quienes nos precedieron.
Cerro Gorría. Concesión LEITO. Foto: Sara de la Paz
UN PASEO POR LA SIERRA
Partiendo desde Ávila capital, a tan solo unos minutos, podemos disfrutar de nuestra sierra de Ávila. ¿Cómo describirla? De pronto, encontramos un pueblecito donde no vive mucha gente; un poco más allá, otro igual de pequeño; luego, otro un poquito más grande; aquí comienza una dehesa; allí, una zona de pastos seguida de un encinar tras el cual se mezclan formaciones arbóreas y arbustivas variadas; y así, según recorremos sus incontables caminos, cordeles, e incluso las dos cañadas reales que la atraviesan (la Cañada Real Soriana Occidental y la Cañada Real Leonesa Occidental), nos vamos sorprendiendo cada vez un poquito más por los innumerables atractivos que encontramos a nuestro paso.
Seguimos descubriendo y preguntándonos: ¿qué más hay en la sierra de Ávila? Pues muchas más cosas, aquí unas rocas, esas que nos quieren arrebatar, a las que si subo puedo ver más allá del límite de la provincia; por este camino que discurre entre robles centenarios, alzo la vista al cielo y veo la majestuosa águila imperial sobrevolando mis pasos; por allí comentan que encontraron unas camas de lobo ibérico; por aquí vieron aletear a la mariposa ajedrezada, endémica de estas tierras. Pero no solo eso, también contemplamos las vacas del tío Luciano, que pastan tranquilamente hasta que llegue el invierno junto a las de la señora María, que las heredó de su familia.
De camino a casa, cogemos un poquito de leña pues las noches serranas son recias, de esta fuente tomamos agua desde que alcanza mi memoria. Pero hay más, mira el molino donde mi padre llevaba el grano después de la cosecha; aquí en la vega, mi pequeño huerto, mimado al detalle y regado por el agua que no en exceso nos llega desde el alto de Gorría, que en sus cercanías es contemplado por los milanos reales y buitres que pasan a cada rato. Ya en el pueblo, la casa de la maestra; al lado, la del maestro; y un poquito más allá con su corral, la casa donde nació mi bisabuela, conservada igualita que entonces; la iglesia, junto al antiguo cementerio; mientras, por aquel camino llegamos a la ermita; y a los castros, yendo por este otro.
Y así podríamos estar horas, paseando por nuestra sierra, disfrutando de cada paso, de cada rincón, de cada olor, de cada estación, marcada por el color de los robles y enumerando cada elemento o actividad que vamos encontrando y que se mantiene hasta nuestros días, de manera natural desde tiempos ancestrales.
Plataforma ciudadana. Lienzo norte de la muralla de Ávila. Foto: Sara de la Paz
I Marcha Salvemos la Sierra. De Narrillos del Rebollar a Cillán. Foto: Sara de la Paz
UN TERRITORIO DIGNO DE CONOCER Y CONSERVAR
El olvido de nuestra comarca durante años por parte de las administraciones —un hecho aparentemente negativo— se ha convertido en algo tan positivo que ha permitido conservarla hasta nuestros días en un estado casi virgen, en armonía con el medio y sin daños graves e irreversibles como ocurre en otras zonas. Se trata de un punto de partida idóneo para hacer que un desarrollo basado en la sostenibilidad ambiental sea el que más se ajuste a las necesidades y características de la comarca y de sus gentes.
Se ha ido creando un tejido asociativo variado, ya sean asociaciones culturales, de artesanía, de productos ecológicos, de turismo rural sostenible, de actividades de arte y medio ambiente, y un largo etcétera.
Tanto es así que desde hace ya más de un año, un grupo de personas, amantes de todos estos incontables valores serranos, su cultura, sus recursos y sus gentes, nos hemos ido reuniendo aproximadamente un sábado cada mes para trabajar conjuntamente en poner en valor la sierra. Queremos hacer realidad anhelos como participar en una romería o fiesta (recordando cómo las celebraban nuestros abuelos tradicionalmente cuando terminaba la temporada de siega, o cuando era la hora de partir o regresar con el ganado debido a la trashumancia), pasar las vacaciones e incluso volver a vivir en el pueblo estableciendo un pequeño negocio de artesanía, turismo, ganadería, o producción de productos alimentarios, como quesos o miel.
En torno a este conjunto de valores, se ha ido creando un tejido asociativo variado, ya sean asociaciones culturales, de artesanía, de productos ecológicos, de turismo rural sostenible, de actividades de arte y medio ambiente, y un largo etcétera que nos hace darnos cuenta de que la sierra no está muerta, y está cobrando vida de nuevo, como la que inunda de colores todas las primaveras. Particulares e incluso algunas entidades se han ido animando a participar y disfrutar con este bonito y a la vez complicado proceso.
Con todos estos ingredientes de tan alta calidad, ordenados de la forma más adecuada y tratados con el máximo cariño posible como si de una receta de la abuela se tratara, hemos horneado un Plan de Desarrollo Turístico Sostenible 2016-2020, que ha sido amasado por todas y cada una de las personas que han querido participar, y que podrán seguir uniéndose a nuestro equipo de cocina, pues lo que queremos es implantar este plan de forma que toda la población que habita y defiende la sierra se vea representada.
Este grupo de personas, cada vez más numeroso, nos hemos ido reuniendo periódicamente en municipios diferentes, haciendo posible con ello el avance en la creación y redacción de nuestro Plan de Desarrollo. En asamblea, hemos planteado unos objetivos, una metodología de trabajo y unas líneas de acción para ir avanzando en la consecución de esos ansiados objetivos. Nos hemos organizado en diversos grupos de trabajo, desde los cuales iremos poco a poco tratando las diferentes líneas de acción y trabajando en ellas.
En julio de 2016, la Asociación de Turismo Rural Sostenible de la Sierra de Ávila presentó públicamente el Plan de Desarrollo Turístico Sostenible, apoyado por representantes de varias instituciones como la Mancomunidad de la Sierra de Ávila-Este, la Diputación de Ávila y varios alcaldes y concejales de diferentes municipios de la zona, en un acto que contó con una gran afluencia de público. Se trata de una iniciativa que podríamos resumir como una unión de la ciudadanía y las instituciones por la defensa, protección y desarrollo sostenible de la sierra de Ávila y que se ha visto complementada con la publicación de la Guía de recursos turísticos de la sierra de Ávila. Esto es lo que pretendemos continuar haciendo durante estos próximos años, seguir manos a la obra sin que nada ni nadie perturbe nuestra marcha, como veníamos haciendo hasta el mes de octubre, aunque...
UN SUEÑO QUE PRETENDEN CONVERTIR EN PESADILLA
Todo cambia cuando el 28 de septiembre de 2016 en el Boletín Oficial de Castilla y León se anuncia que se somete a información pública el Estudio de Impacto Ambiental y el Plan de Restauración para un proyecto denominado LEITO n.º 1122, que pretende ubicar una explotación minera de feldespato a cielo abierto en nuestra amada sierra.
Sabemos que durante un periodo de tiempo debe estar expuesto para que cualquier persona pueda examinarlo, sin embargo, al solicitar el expediente para su consulta, se nos deniega la revisión completa de su tramitación. Cuando, por fin, logramos consultarlo, aunque únicamente aquellas personas o entidades a las que desde el Servicio Territorial de Minas se considera parte afectada, se descubre que esta falta de transparencia es debida a que el expediente contiene numerosas irregularidades, hasta el punto de que incluso se siguen ocultando 131 páginas hoy por hoy.
Se estudia y se detecta además la falta de ciertos documentos sin los cuales no debería haberse avanzado hasta a este punto del proyecto, tales como un informe por parte del Servicio Territorial de Medio Ambiente, un informe de alcance del proyecto, e incluso una evaluación ambiental estratégica previa, para estudiar las posibles sinergias que se producirían con infraestructuras ya instaladas, como los parques eólicos.
Además, fruto del duro trabajo de los defensores de la sierra, hemos descubierto que esto no se queda aquí, pues existen varios proyectos mineros más que pretenden, uno a uno, arrebatarnos completamente la sierra, y todo ello por medio de una empresa dedicada a la venta y distribución de alimentos y bebidas.
A pesar de las irregularidades detectadas se sigue adelante con el proceso administrativo, al amparo de una ley preconstitucional como la Ley de minas de 1973, que fomenta la actividad extractiva. Se espera que próximamente el equipo designado para ello evalúe y dictamine si la Declaración de Impacto Ambiental debe ser positiva o negativa, cuando ya de por sí el propio Estudio de Impacto Ambiental no cumple los mínimos estándares que rige la legislación vigente, al omitir elementos ambientales y socioeconómicos como el clima, la fauna, los yacimientos arqueológicos y hasta la propia población, esa que pretenden desahuciar.
Foto: Plataforma NO a la Mina en la Sierra de Ávila
Foto: Plataforma NO a la Mina en la Sierra de Ávila
Igualmente, fruto de este trabajo, conocemos las nefastas consecuencias que la minería podría producir en nuestra sierra. Hay estudios que relacionan este tipo de minería con el cáncer o la silicosis, la destrucción de nuestros manantiales, arroyos y cursos de agua, la contaminación de pozos y acuíferos, las persistentes molestias causadas por explosiones, polvo, ruido y vibraciones, por un tráfico continuo de camiones con los correspondientes riesgos en la seguridad de nuestros pueblos y carreteras, la desaparición de nuestro paisaje natural y nuestro patrimonio histórico, la destrucción de empleo en agricultura y ganadería, y así un sinfín de daños irreparables que no vamos a asumir, como los que sufrirá la Indicación Geográfica Protegida Carne de Ávila.
El expediente considera el lugar como un espacio idóneo para este tipo de explotaciones mineras, pues se trata de un territorio de «escasa población y bajo nivel cultural». A pesar de esas consideraciones subjetivas —pues el nivel cultural no solo se mide en títulos universitarios, sino también en tradiciones y saber popular— serranos y serranas, abulenses y otras muchas personas con sentimiento de pertenencia a esta tierra, se han organizado creando la Plataforma Ciudadana NO a la Mina en la Sierra de Ávila. En menos de un mes se han logrado presentar más de 4000 alegaciones bien fundamentadas y elaboradas por personas investigadoras y conocedoras del territorio, y se han alcanzado casi 120.000 firmas en formato digital (www.change.org/salvemossierraavila) más otro gran número en papel. Con este impresionante movimiento social, sin precedentes en la provincia de Ávila, podemos percibir que la ciudadanía ha podido conocer las afecciones irreversibles e inadmisibles que se producirían de instalarse este tipo de actividades tan destructivas en un lugar privilegiado como es la sierra de Ávila.
¿Es esto compatible con el pretendido desarrollo sostenible para nuestra sierra? ¿Se puede permitir que cientos de familias pierdan sus formas de vida a cambio del beneficio de una empresa? ¿Es justo que convirtamos nuestro aire en cancerígeno forzando a nuestros mayores a dejar sus casas y su vida? Tantas y tantas preguntas que parecen de respuesta sencilla, pero nos está costando muchas horas de lucha defender nuestros derechos, evitar la especulación y demostrar que un desarrollo sostenible para nuestra sierra es posible, y es lo que pedimos y deseamos.