Entrevista a Asunción Molinos Gordo, artista visual

Consejo editor

El Museo de Arte Contemporáneo de León (MUSAC), durante el último trimestre de este 2015 ha programado varias acciones relacionadas con el mundo rural, especialmente el IX Curso de Cultura Contemporánea, edición que ha llevado por título «Sostener la vida. Alianzas, experiencias y aprendizajes desde lo rural». Coincide en el tiempo con la exposición colectiva Sector Primario, de la que forma parte la pieza de Asunción Molinos Gordo, Museo Agrícola Mundial, instalación que recrea un museo colonial, denunciando el impacto de la biotecnología y la propiedad intelectual de las semillas en el mundo rural. Conversamos con ella.

asun cab

Asunción y su proyecto El Matam El Mish-Masry (El Restaurante No Egipcio). Foto: Robert Stothard

Asunción Molinos Gordo es artista visual y orienta su trabajo hacia las implicaciones sociales, políticas, económicas y culturales de la agricultura y la alimentación, explorando el ámbito de lo rural y las condiciones de vida del campesinado a través del imaginario popular, el territorio y el paisaje. Tras haber tenido que abandonar El Cairo, donde ha residido varios años, por la situación política, actualmente vive entre Omán y Guzmán, su pueblo de Burgos.

Hasta el 10 de enero de 2016 puede verse en el MUSAC su obra WAM Museo Agrícola Mundial, instalación museística ganadora de la XX Bienal de Sharjah (Emiratos Árabes) en 2015; donde, a través del lenguaje y la estética de los primeros museos coloniales, denuncia las contradicciones de los acuerdos de libre comercio o la ingeniería genética, reflexionando sobre las conexiones entre las antiguas y nuevas formas de colonización. En el MUSAC puede verse también su obra Curriculum Vitae, que describe el día a día del campesinado a través del lenguaje grandilocuente del mundo académico.

Conocimos el trabajo de Asunción hace unos años cuando su obra El contestador llegó a través de Campo Adentro y de las redes de Plataforma Rural en forma de número: 951 043 859, el teléfono de un agricultor. Las opciones automáticas de un contestador nos acercan al farragoso mundo del papeleo por el que transita habitualmente cualquier familia que lucha por vivir de la agricultura que marca la PAC.

¿Por qué has elegido el mundo rural para centrar tu trabajo artístico?

El arte es una plataforma más, como el cine y el periodismo, es una herramienta para comunicar información, experiencias... hay quien lo usa para temas más clásicos del arte, como la belleza, el universo o temas autobiográficos. En mi caso, yo lo utilizo como una manera de hablar del entorno de donde vengo, el entorno rural. Dentro del mundo del arte contemporáneo hay un desequilibrio de los discursos y las narrativas que existen; de alguna manera, el arte contemporáneo está mucho más urbanizado que ruralizado, todo lo que se trata tiene más que ver con la urbe que con el campo... como en todos los ámbitos en general. A mí me sirve como canal para contar lo que existe fuera de la ciudad, en este otro entorno, donde están dándose estos cambios tan brutales como la introducción de la biotecnología en la alimentación.

WAM01

Imágenes de la exposición WAM, Museo Agrícola Mundial, en León

WAM02
 

¿Cómo es ese entorno rural para ti? ¿Cómo lo ves?

Yo soy de Guzmán, un pueblo de Burgos. Cuando nací, éramos 125 habitantes. Ahora somos unos 80 o menos y, aunque yo me he ido, sigo en contacto permanentemente con lo que ocurre allí. Yo no fui consciente de que vivía en un entorno rural hasta tarde; esto ocurre de manera gradual, cuando llego a Madrid y, de repente, me encuentro con un grupo de gente mucho más numeroso que para nada tiene las mismas ideas que yo. A partir de ahí me doy cuenta de que pertenezco a una cultura diferente, somos del mismo país, hablamos el mismo idioma, pero hay unos abismos de los que me doy cuenta: la cultura rural. Una de las cosas sobre las que he estado investigando estos años es que es internacional, tu juntas a agricultores de Castilla y León y de El Cairo y se entienden, no comparten religión ni idioma, pero comparten la cultura campesina, una forma de entender las relaciones humanas, la relación con el territorio, incluso el sentido del humor. Lo que pasa es que esto nunca se ha trabajado desde los espacios eminentemente culturales, o se ha hecho de forma muy minoritaria.

¿Es tu obra una forma de expresión política también, de activismo?

No tengo esa intención. Sin embargo, como las cosas que cuento ocurren en un entorno rural, son invisibles; casi no hay canales de comunicación con el bruto de la sociedad por la desconexión del terreno, entonces los mensajes son políticos. Pero solo cuento lo que está pasando, que claro que tiene un trasfondo político, porque es desde la política desde donde se está machacando muchísimo el territorio rural, se nos está condicionando, y eso se ve claramente en la pieza El contestador, donde la burocracia que llega de Bruselas está cambiando el territorio. En mi pueblo no quedan agricultores tradicionales, todo esta muy industrializado, es la Ribera del Duero, se ha reducido el número de cultivos a cuatro cosas, trigo, cebada, un poco de veza y poco más, y luego uva. Ya no hay diversidad. Esto es lo que impone Bruselas y lo que, de alguna manera, genera una economía estable para los agricultores. Es un ejemplo de colonización cultural cuando a ti te convencen de que las cosas como las hacía tu abuelo ya no sirven, son obsoletas, caducas; para tener un reconocimiento tienes que modernizarte... es lo que trato de comunicar con la exposición del museo también. Claro que hay política ahí. Para mí el activismo es algo amplio, entrar en la conversación de personas que no conoces en un bar, por ejemplo, valorando siempre que sea algo constructivo, no pelear por pelear.

En esta descolonización de lo rural, ¿no quedan artistas en los pueblos?

Depende de cómo se mire. Todavía hay artistas que están en los pueblos, yo conozco algunos que tienen una función de arte dentro de su pueblo. En mi pueblo hay dos artistas que operan como tales haciendo las tallas del vía crucis, un arte público de una fuente o lo que surja. Puede entrarse en la discusión de si eso es arte o artesanía, pero el caso es que existen personas que están ahí sirviendo a la comunidad y creando imágenes, que es la función que siempre ha tenido el artista, transformar el inconsciente colectivo en algo sólido. Lo que pasa es que son completamente invisibles en la comunidad artística mayor, aunque en el pueblo sean reconocidos. En el pueblo estos artistas son más reconocidos que yo, porque la gente entiende lo que hacen; sin embargo, cuesta más clasificar como arte algo como lo del contestador.

En la pieza El contestador conseguiste unir la PAC con el arte.

¡Lo peor de todo fue leérsela y entenderla! La parte de investigación de ese proyecto fue muy intensa porque había que ir de oficina en oficina, de la Diputación a la Junta, a los sindicatos, a los bancos, que son mediadores de la PAC y te hacen los papeles gratis siempre y cuando tu canalices esa ayuda a través de sus cuentas... Fue una parte muy interesante y muy divertida. Yo más que artista me considero investigadora, utilizo herramientas de la antropología, pero la diferencia es que lo que sale de ahí no es un artículo, es una exposición o una pieza.

¿Cómo se supera el abismo que hay entre campo y ciudad?

Las ciudades tampoco son tan ciudades. A mí se me ha distorsionado la percepción y solo veo pueblos, es como si intentara encontrar las marcas del pueblo que fue ese sitio, o del aspecto rural dentro de esa ciudad. En El Cairo es muy claro, aunque también por la historia que tiene la ciudad, son más de 25 millones de habitantes, allí hay un éxodo rural a lo bestia, por la violencia, por la desposesión de tierras, etc. Todo el mundo acaba en El Cairo, pero se lleva el pueblo a El Cairo. Puedes comprar un pollo a tu vecina porque tiene en el tejado una cabra, un corral, y no solo eso, sino que está muy presente el trato de la cultura rural, las relaciones humanas. En El Cairo tienes el mismo trato que en tu pueblo, y estás en un ciudad de 25 millones de habitantes. Por ejemplo, si saludas a la gente por la calle, todo el mundo te va a devolver el saludo, igual que en un pueblo. Ese no tener miedo a la persona desconocida es una característica eminentemente rural que puedes encontrar en una urbe como El Cairo.

¿Cómo de revolucionario es volver a plantear la cultura campesina desde los movimientos sociales?

Una de las cosas que a mí me cabrea es todo este reformateado de la cultura rural; dar nuevos nombres a lo que ha existido siempre, como la comida ecológica u orgánica o como sea, que es la que ha existido siempre. La otra es la que necesita tener cinco apellidos. Pasa con todo. Hay ideas revolucionarias que vienen de las urbes que llevan en el entorno rural desde siempre pero no son glamurosas, porque en el mundo rural lo que no se hace es marketing. Desde esas plataformas de cambio vinculadas a lo urbano sigue habiendo un abismo con el mundo rural, se ve de una manera muy paternalista.

¿Sientes que en ese momento hay gente volviendo al medio rural?

De neorurales no sé tanto, porque en mi zona no los hay, pero sí hay mucha gente de los pueblos que se fue a la ciudad y que con la crisis esta volviendo porque los trabajos que había en las ciudades han desaparecido. Es gente que de alguna manera no se había ido del todo. Yo no siento, de todas formas, que sea una vuelta obligada, la gente con la que he hablado está contenta. Si puedes retomar las tierras de tu padre y ponerte a trabajar emancipándote, pues es mucho mejor que estar en una fábrica.

asun chozo

Proyecto Chozos de pastor, en Guzmán, Burgos. Foto: Javier Barreno

¿Tus proyectos se presentan también en zonas rurales?

Sí, claro. En mi pueblo trabajo bastante. De hecho hubo un proyecto, el de los chozos de pastor, que lo hice allí. Se trataba de un proyecto de recuperación de la arquitectura nómada, de pastores, transformar un chozo de pastor en una cámara oscura: un recinto cerrado, donde solo entra un haz de luz muy pequeño a través de un agujero. Lo que vemos proyectado en la pared de enfrente es lo de fuera pero invertido. Lo convertimos en un observatorio del paisaje, activando un espacio que ha perdido su función, pero no desde lo nostálgico. Este proyecto no quería restaurar para poner a los visitantes de fuera como público principal, como se hace en el caso de habilitar espacios para el turismo; estaba orientado especialmente a la gente de mi pueblo, a lo que compartimos: el paisaje, pero invertido y a través de la cámara oscura, de otra manera.

¿Cómo fue la reacción de la gente?

Primero, todo el nivel de juego y de inocencia que salió. Y segundo, ese proyecto se hizo sin apoyo institucional, con apoyo de amigos y de la familia, la gente empezó a venir a preguntar y a ayudar cuando supo que estábamos reconstruyendo el chozo. La gente al principio desconfiaba, decían que cuando estuviera terminado lo iban a vandalizar, a llenar de grafitis, etc. Una de las cosas más bonitas que ha pasado es que nadie hizo eso, porque acabó construyéndose entre todos, se ha respetado, se hizo en una tierra comunal y está abierto todo el rato. Yo creo que cuanto más se dejan las puertas abiertas, más respeto tiene la gente.

Respecto al arte como herramienta de transformación, este tipo de expresiones toca otras fibras diferentes a las que tocamos desde los activismos.

Creo que más bien llega a otros públicos. Decir que eres una artista contemporáneo ya te provoca rechazo, lo cual es una desventaja. Aparte, las exposiciones no tienen mucha repercusión comparadas con otros formatos como el audiovisual. Es un poco inocente, quizá, pensar que esto va traer un cambio. Si cada cual, desde nuestra plataforma artística, hacemos algo, sí, claro; pero no creo que la fuerza esté en esta herramienta en particular. Cada cual trabaja con la que considera y con la que sabe, aunque el arte en particular maneja el llegar a la persona a través de la cabeza y de los sentimientos, tiene ambas vías de entrada y eso produce un efecto único, seguramente. Muchas veces entra por los sentimientos y tardas en entender lo que pasa. Es como una intuición.

Consejo editor

  PARA SABER MÁS

   asuncionmolinos.com

Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia al navegar por la web.

Si continúas navegando, aceptas su uso. Saber más

Acepto
El sitio web de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas (www.soberaniaalimentaria.info) utiliza cookies para mejorar la experiencia de los usuarios, facilitando la navegación por nuestra web. Estamos haciendo todo lo posible por facilitar el uso de dichas cookies, así como su gestión y control al utilizar nuestros servicios.

¿Qué son las cookies?

Las cookies son pequeños archivos de texto que se almacenan en el dispositivo del usuario de Internet al visitar una página web. Es el operador del sitio web el que determina qué tipo de información contiene dicha cookie y cuál es su propósito, pudiendo además ser utilizada por el servidor web cada vez que visite dicha web. Se utilizan las cookies para ahorrar tiempo y hacer la experiencia de navegación web mucho más eficiente. No obstante, pueden ser usadas con varios propósitos diferentes que van desde recordar la información de inicio de sesión o lo que contiene un pedido de compra.

¿Cómo utiliza Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas las cookies?

Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas tan solo utilizará las cookies que nos dejes utilizar. Tan solo leeremos o escribiremos cookies acerca de tus preferencias. Aquellas que hayan sido instaladas antes de modificar la configuración permanecerán en tu ordenador y podrás borrarlas haciendo uso de las opciones de configuración de tu navegador. Podrás encontrar más información al respecto más adelante.

1. Cookies propias

Se trata de cookies técnicas que recogen información sobre cómo utiliza el sitio web (por ejemplo, las páginas que visitas o si se produce algún error) y que también ayudan a Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas a la localización y solución de problemas del sitio web. Las cookies técnicas son imprescindibles y estrictamente necesarias para el correcto funcionamiento de un portal web y la utilización de las diferentes opciones y servicios que ofrece. Por ejemplo, las que sirven para el mantenimiento de la sesión, la gestión del tiempo de respuesta, rendimiento o validación de opciones.

Toda la información recogida en las mismas es totalmente anónima y nos ayuda a entender cómo funciona nuestro sitio, realizando las mejoras oportunas para facilitar su navegación.

Dichas cookies permitirán:

  • Que navegues por el sitio.
  • Que www.soberaniaalimentaria.info recompile información sobre cómo utilizas la página web, para así entender la usabilidad del sitio, y ayudarnos a implementar las mejoras necesarias. Estas cookies no recogerán ninguna información sobre ti que pueda ser usada con fines publicitarios, o información acerca de tus preferencias (tales como sus datos de usuario) más allá de esa visita en particular.
Si tienes dudas o quieres hacernos alguna pregunta respecto de las cookies que utilizamos, puedes remitirnos tu consulta al correo electrónico info@soberaniaalimentaria.info

2. Cookies de terceros

Existe una serie de proveedores que establecen las cookies con el fin de proporcionar determinados servicios. Podrás utilizar las herramientas de estos para restringir el uso de estas cookies. La siguiente lista muestra las cookies que se establecen en la página web www.soberaniaalimentaria.info por parte de terceros, los fines para los que se utilizan y los enlaces a páginas web donde se puede encontrar más información sobre las cookies:

·       Cookies analíticas:

Las cookies de Google Analytics se utilizan con el fin de analizar y medir cómo los visitantes usan este sitio web. La información sirve para elaborar informes que permiten mejorar este sitio. Estas cookies recopilan información en forma anónima, incluyendo el número de visitantes al sitio, cómo han llegado al mismo y las páginas que visitó mientras navegaba en nuestro sitio web.

http://www.google.com/intl/es/policies/privacy        

·       Cookies técnicas:

AddThis es una empresa tecnológica que permite a los sitios web y a sus usuarios compartir fácilmente el contenido con los demás, a través de iconos de intercambio y de los destinos de bookmarking social. Las cookies AddThis se utilizan con el fin de habilitar el contenido para ser compartido. AddThis también se utiliza para recopilar información sobre cómo se comparte contenido del sitio web. Las cookies ayudan a identificar de forma única a un usuario (aunque no de forma personal, sino en cuanto a dirección) para no repetir tareas dentro de un periodo de tiempo especificado.

http://www.addthis.com/privacy

Disqus es un servicio gratuito que permite añadir comentarios a diferentes elementos de este sitio web. Disqus guarda en cookies tu identificación anterior en este sitio web o en otro para que no sea necesario iniciar sesión cada vez que utilices el mismo navegador.

https://help.disqus.com/customer/portal/articles/466259-privacy-policy

Cómo desactivar las cookies

Para cumplir con la legislación vigente, tenemos que pedir tu permiso para gestionar cookies. En el caso de seguir navegando por nuestro sitio web sin denegar su autorización implica que aceptas su uso.

Ten en cuenta que si rechazas o borras las cookies de navegación algunas características de las páginas no estarán operativas y cada vez que vayas a navegar por nuestra web tendremos que solicitarte de nuevo tu autorización para el uso de cookies.

Puedes modificar la configuración de tu acceso a la página web. Debes saber que es posible eliminar las cookies o impedir que se registre esta información en tu equipo en cualquier momento mediante la modificación de los parámetros de configuración de tu navegador:

Configuración de cookies de Internet Explorer

Configuración de cookies de Firefox

Configuración de cookies de Google Chrome

Configuración de cookies de Safari

Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas no es titular ni patrocina los enlaces indicados anteriormente, por lo que no asume responsabilidad alguna sobre su contenido ni sobre su actualización.

El usuario puede revocar su consentimiento para el uso de cookies en su navegador a través de los siguientes enlaces:

Addthis: http://www.addthis.com/privacy/opt-out

Google Analytics: https://tools.google.com/dlpage/gaoptout?hl=None

Google, Twitter, Facebook y Disqus: A través de los ajustes de cada navegador más arriba indicados para la desactivación o eliminación de cookies.