La energía geotérmica y eólica en los campos de Turquía
Confederación de Çiftçi Sendikaları de La Vía Campesina en Turquía
En este artículo queremos mostrar cómo algunas inversiones en las llamadas energías verdes son solo motivadas por intereses económicos, sin tomar en cuenta los efectos que causan sobre la naturaleza, la agricultura y la población. Quienes las impulsan demuestran que saben despertar apoyos por parte de la opinión pública, pero ¿todo es verde?, ¿todo es limpio?
Plantas de energía eólica en Karaburun
Los mercados etiquetan las energías hidroeléctricas, de biocombustibles, geotérmicas y solares como renovables y limpias básicamente con el fin de mercantilizarlas. Sin embargo, todos los sistemas energéticos afectan de una u otra forma a la naturaleza y rompen el equilibrio ecológico. No hay ningún sistema de producción energético respetuoso con el medio ambiente; simplemente los hay que dañan menos. Hasta que no quede clara la definición de «energía limpia» o «respetuosa con el medio ambiente», la confusión va a seguir, por eso es necesario que basemos nuestras opiniones en investigaciones desarrolladas por científicos independientes.
Aunque la producción y utilización energética apenas dañe la naturaleza, sí que tiene un impacto negativo sobre la vida cultural, económica y social de las personas y el medio ambiente, será necesario rechazar estas inversiones energéticas.
Ahora les voy a dar dos ejemplos de cómo la supuesta «energía limpia» ha causado daños ecológicos y ha tenido una influencia perniciosa en los cultivos de nuestro sector agrícola.
Ya hemos sufrido las consecuencias de la explosión de pozos geotérmicos.
LA ENERGÍA GEOTÉRMICA EN TURQUÍA
La costa occidental de Turquía y las regiones colindantes cuentan con una tierra muy fértil. En esta zona hay miles de hectáreas de cultivos como la viña, las higueras y los olivos.
En los últimos años se están instalando centrales geotérmicas en la zona de Aydin, que es un gran centro de producción de higos. Y en Alasehir, Salihli y Sarigöl, zonas vitivinícolas, se han abierto pozos geotérmicos. El Ministerio de Energía y Recursos Naturales ha dado alrededor de 200 permisos para estas instalaciones.
La producción de energía geotérmica emite sulfuro de hidrógeno (H2S) y dióxido de carbono (CO2). El H2S es pestilente y tiene efectos tóxicos. Existe un alto riesgo de que los pozos contaminen con metales pesados el agua subterránea y el agua para el riego, y sería imposible limpiarla en décadas. En nuestro territorio ya hemos sufrido casos de explosión de alguno de estos pozos con efectos evidentes, como muestran las fotografías. El vapor y los gases que se liberan a la atmósfera también dañan el ecosistema, dado que aumentan la humedad y la temperatura, lo que puede favorecer enfermedades y plagas en los cultivos.
De hecho, en las zonas vitivinícolas donde ya se han instalado estas centrales los problemas ya son evidentes. Ya hay un fuerte olor a azufre y en los campos se ven obligados a emplear más plaguicidas para luchar contra las enfermedades, lo que supone mayores costes y provoca que ya no puedan vivir de lo que producen y se vean obligados a dejar su negocio y sus tierras.
Impacto de la explosión de un pozo de energía geotérmica en un viñedo
ENERGÍA EÓLICA
En el oeste de Turquía, se encuentra la península de Karaburun, una zona montañosa con aire puro en el que se cultivan olivos, las famosas aceitunas llamadas 'dátiles' y se crían cabras. En los últimos años se ha dado permiso para que se instalen centrales eólicas en la zona. Para poder transportar los equipos de los aerogeneradores se han construido muchos kilómetros de carretera que han obligado a arrancar cientos de olivos. También hemos visto que al empezar a funcionar los aerogeneradores, las cabras que se criaban en la zona empezaron a enfermar.
Las aceitunas de Karaburun siempre han madurado sin necesidades de fumigación. Los agricultores saben que los murciélagos son una herramienta biológica fundamental en la lucha contra las plagas, puesto que comen los insectos que dañan los cultivos. Los murciélagos emplean ondas sonoras de alta frecuencia para orientarse. Cuando las centrales eólicas empiezan a funcionar, las ondas sonoras que generan tienen un impacto negativo sobre los murciélagos que, en muchos casos, mueren. Al desaparecer los murciélagos, los agricultores pierden a su mayor aliado contra las plagas.
Estos ejemplos de las centrales geotérmicas y los aerogeneradores son lo que no explica la propaganda de la denominada «energía limpia». Solo si conseguimos más apoyos para luchar verdaderamente contra el cambio climático, podremos proponer soluciones realistas y evitar inversiones capitalistas que destruyan el equilibrio ecológico.